Entrevista concedida a la prensa nacional e internacional, después de la Conferencia Magistral de Rosario Green
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Periodista.- ¿Qué le pareció la conferencia?
Fidel Castro.- Bien, un recuento histórico, una explicación clara de la política mexicana, siempre basada en determinados principios de respeto al derecho, cumpliendo aquella norma de Juárez, de que el respeto al derecho ajeno era la paz, y explicó esos principios, con los cuales siempre ha sido consecuente México, porque no hay que olvidarse que México fue la primera revolución social de este siglo, incluso antes que la Revolución Rusa.
Ejerció una notable influencia en todo el hemisferio; ejerció influencia en Cuba. Todos los revolucionarios latinoamericanos veían a México como un patrimonio común, nosotros mismos lo vimos así. Cuando íbamos a buscar un lugar donde organizarnos, escogimos a México, era el único prácticamente.
Entonces, México, después del triunfo de la Revolución Cubana, dio un ejemplo único en el hemisferio: el único país que no rompió con Cuba, que mantuvo las relaciones firmemente frente a las presiones de Estados Unidos, que ha seguido en las Naciones Unidas una política internacional firme, consecuente.
No hay que olvidarse de que un importante acuerdo sobre los derechos y deberes económicos de los Estados, un sueño no de México sino del mundo y que fue aprobado por Naciones Unidas, aunque nunca cumplido, fue una iniciativa mexicana.
México se opuso al bloqueo, México ha tenido posiciones muy firmes con relación a Cuba frente a todas las presiones, lo mismo allá en la cumbre de Santiago que en la última reunión de la OEA.
Esta señora, la Canciller mexicana, tuvo palabras muy firmes, claras y categóricas en la reunión de la OEA, y han sido posiciones realmente amistosas.
Es un país que ha tenido que desenvolverse en condiciones geopolíticas, como suele decirse ahora, muy difíciles: un vecino del Norte, 3 000 kilómetros de frontera, un muro cien veces más grande que el de Berlín, y toda una serie de medidas que se han tomado contra ese país, agredido en el siglo pasado. Un país hermano de este hemisferio, al que Estados Unidos le arrebató más de la mitad de su territorio en una guerra injusta; es decir, un país que ha sufrido, que tiene un fuerte sentido patriótico, un país donde quisieron establecer un imperio, que no solo tuvo que luchar por su independencia; después porque pretendieron reconquistarlo desde Europa y tuvo que liberarse en heroica lucha.
Así que ha tenido que luchar muy duro por defender la independencia y valora mucho todo eso, valora mucho la soberanía y tiene que defenderla en condiciones complicadas.
Fíjate que ella recordó, ella dijo una frase que yo escuché con mucho interés: "Es la frontera Norte de América Latina."
Creo que me falta añadir de esto que ella fue muy cuidadosa, como ustedes habrán podido observar. Yo me puedo tomar un poco más la libertad de recordar estas cosas, pero ella fue muy cuidadosa y procuró evitar toda frase que pudiera ser de tipo confrontacionista con su vecino. Fue muy sosegada en sus pronunciamientos y cuidadosa en su explicación; pero ella tiene muchos méritos en su comportamiento y no habló de esos temas a los que me estoy refiriendo aquí, pero en la OEA habló con mucha energía en la protesta contra la exclusión de Cuba y en la defensa de Cuba.
Periodista.- Le preguntaba, Comandante, que si precisamente son esas condiciones, ese apego a la independencia, a la soberanía y a los principios internacionales, lo que hace que Cuba y México tengan tantas coincidencias en la arena internacional.
Fidel Castro.- Ella lo explicó cuando habló de la parte histórica, recordando que Cuba—aunque no era todavía independiente, pero donde existía ya un espíritu nacional—fue el lugar donde residió Juárez en tiempos difíciles para su país.
En aquella época muchos mexicanos vinieron a Cuba, muchos destacados mexicanos vinieron a Cuba, estuvieron exiliados en Cuba. Bueno, nos honra mucho que Juárez haya estado aquí, porque Juárez es una de las figuras más ilustres de la historia de México, y también nos vincula lo que ella recordó, la presencia de Martí, las actividades de Martí en México que tanto apreciamos los cubanos.
Han sido dos países que se han auxiliado, que han sido recíprocos, y no dije ahorita otra de las grandes pruebas del mérito y el amor a la independencia mexicana, que fue el país que reconoció a la República Española, que recibió después de la guerra a miles y miles de exiliados, que mantuvo las relaciones con la República Española cuando ya no existía aquella república; digamos, un ejemplo, un símbolo de lealtad a determinadas ideas y a determinados principios.
Para nosotros México tiene un valor especial, porque fue el único --fíjense bien--, el único país de los independientes del Río Grande del Sur hasta acá, el único país latinoamericano que mantuvo las relaciones con nuestro país, y estaba allí al lado, el más próximo al vecino del Norte. Nada más que hay dos países de América Latina que tenemos fronteras con Estados Unidos: México y Cuba.
Periodista.- Comandante, ¿qué piensa de las presiones que ejerce Estados Unidos sobre México en temas como el narcotráfico o en temas como Chiapas?
Fidel Castro.- O en temas como el lavado de dinero y en temas de todas clases. Son temas con los cuales se puede hacer una conferencia.
Son una prueba de la prepotencia creciente del imperio, de su injerencia en los asuntos internos de otros países, a pesar de que México—tengo mi teoría sobre eso—es un país que asusta a Estados Unidos, porque es un país relativamente grande, que posee recursos, sobre todo población numerosa, y ellos siempre han sentido mucho temor de cualquier explosión, crisis, problemas en México. No pueden olvidar la experiencia de lo que fue la Revolución Mexicana, un episodio de gran trascendencia histórica, que dio lugar, incluso, a intervenciones, a más de una intervención norteamericana.
México es el primer país que toma una medida como la nacionalización del petróleo, obra de la Revolución Mexicana, ejecutada por uno de sus más ilustres hombres, Lázaro Cárdenas. Eso fue motivo de muchos conflictos; pero ahí tienen el petróleo mexicano, que han defendido, además, tremendamente, frente a las intenciones, intereses y deseos de los vecinos del Norte de apoderarse también de esa rama de la economía mexicana.
Estados Unidos, como dije, ha intervenido varias veces en México a lo largo de los años de la Revolución, y también en el siglo pasado; es una vieja historia; y ahora acaba de llevar a cabo una acción muy sucia contra México, como ha sido esta llamada operación Casablanca, en la que durante tres años sus agentes llevaron a cabo una investigación ilegal en ese país, sin consultar con el gobierno, sin coordinar con sus autoridades.
Yo diría que es un acto de deslealtad tremenda que nos ha dolido mucho a todos, no solo a los mexicanos. Lo que hicieron parece cosa de gángsteres: enviar agentes, investigar, organizar una fiesta por allá por Las Vegas --creo que se llama Casagrande precisamente el lugar--; citaron allí para una gran fiesta a un número de funcionarios bancarios mexicanos, los arrestaron junto a varios venezolanos. Y no estoy juzgando las cuestiones relacionadas con las violaciones o las ilegalidades que puedan haber cometido estos, estoy refiriéndome a los procedimientos usados: realizar un trabajo durante tres años, y luego engañar a esa gente para capturarlos en Estados Unidos y armar un gran escándalo contra eso, con los frutos tan menguados que han obtenido; averiguando operaciones de lavado de dinero, si hubo operaciones de lavado de dinero por la exigua suma de 30, 40 ó 50 millones, cuando los que más dólares han lavado en este mundo son los bancos norteamericanos. Han lavado cientos de miles de millones de dólares, y casi todo el dinero de la droga lo han lavado los propios bancos norteamericanos.
Toda esa operación, toda esa ofensa solo para lograr simplemente descubrir lo ocurrido con unas decenas de millones de dólares y armar un gran escándalo con el cual desprestigiar a México, ofenderlo, humillarlo; también a Venezuela.
Leí un cable que decía que su esperanza era la información que pudieran dar los detenidos sobre otros muchos banqueros. Uno se asombra de que se puedan cometer actos de esa índole con un vecino tan cuidadoso, tan respetuoso como es México. Resulta algo realmente indignante y creo que eso ha indignado, con toda razón, a los mexicanos.
Ese tipo de tema ella no lo quiso abordar por las razones que yo decía, fue cuidadosa, dio una conferencia académica; pero ellos tienen su política firme y sus temas ellos lo saben bien.
Hay que tener en cuenta las condiciones difíciles y complejas en que tienen que luchar los mexicanos, y resisten todo lo que pueden las presiones que reciben, en una situación en que tienen que estar todos los días en un incesante contacto.
Vean cómo es la cosa que todos los días del año un millón de mexicanos cruzan la frontera y regresan; es decir, más de 350 millones de salidas y entradas de mexicanos. No estoy hablando de los pocos que van allá a trabajar con permiso legal, me refiero a los que normalmente cruzan porque viven en México y van a lugares cercanos a la frontera dentro del territorio de Estados Unidos, a realizar muchos trabajos que ya no hay norteamericanos que los realicen: si se necesita un jardín, es un mexicano el que está en el jardín; si hay que recoger tomates o algo, es un mexicano el que recoge tomates; si hay cualquier trabajo duro y de bajos salarios, el mexicano es el que lo hace. Pero, ¿qué ocurre? Que a pesar de eso los salarios del lado de allá de la frontera son más altos que los del lado acá, y muchos mexicanos que tienen la familia, la residencia, en territorio mexicano, cruzan y vuelven.
Otra de las cosas que constituye una presión tremenda es el muro gigantesco que han armado ahí; los mexicanos que mueren tratando de cruzar ese muro para ingreso permanente por razones económicas, debido a los movimientos migratorios de carácter mundial generados por la situación económica de los países del Tercer Mundo, de los países más pobres.
Entonces, es una guerra la que tiene Estados Unidos contra los inmigrantes. Han adoptado todas las medidas que dan lugar a que muera un elevado número de mexicanos. Yo no sé la cifra exacta de los que puedan haber muerto tratando de cruzar, pero tengo la impresión de que los que mueren ahora cada año cruzando ese muro son más que los que murieron en todo el tiempo que existió el muro de Berlín, porque por cruzar van por desiertos, van por lugares peligrosos.
Me han contado, incluso, que a veces tienen que cruzar las autopistas donde van a velocidades fantásticas los carros, a veces caminan por el medio, por los separadores de las autopistas, tratando de escapar; mueren por accidentes, relacionados con la persecución, o mueren de sed, o de asfixia, o por disparos de la policía. Es decir, tienen que sufrir todo eso.
Hay un espíritu antilatinoamericano, antinmigratorio dentro de Estados Unidos, creciente como en Europa, y eso es fruto del subdesarrollo, de la existencia de un mundo que se ha quedado subdesarrollado como consecuencia del saqueo y de la explotación.
Ahora estos países ricos están asustados y toman medidas cada vez más extremas; adoptan incluso posiciones de xenofobia racista, muy emparentadas con la política que ejercieron en su tiempo los fascistas.
El fenómeno ese de persecución a los emigrantes crece. Es decir, no son solo las presiones que tú mencionaste, sino que hay muchas otras formas en que presionan.
Los mexicanos tienen que luchar todos los días en la aplicación, incluso, del acuerdo, porque los otros inventan medidas no arancelarias; si encuentran una manchita en una fruta, dicen: "No, hay una plaga, no pueden venir esos productos." Traban, aplican medidas muy restrictivas con el transporte. Puede haber un camión con frutas, con aguacates, con vegetales, y entonces las dificultades para cruzar al lado de allá son tremendas; es costoso, obstaculizan --con diversos pretextos-- a los camiones transitar por territorio norteamericano, mientras los camiones norteamericanos transitan por todo México, que tiene muchas carreteras y ha ido construyendo cada vez más carreteras.
No tienen las mismas facilidades los camiones mexicanos para trasladar los productos de exportación, y entonces imagínense, los aguantan allí un montón de horas, colas interminables, mientras los revisan buscando drogas o inmigrantes, exigencias de todo tipo. De manera que obstruyen bastante las exportaciones con todas esas medidas.
Bueno, también lo hacen con otros países. Las medidas no arancelarias se pondrán de moda a medida que desaparezcan las tarifas arancelarias.
A los chilenos, por ejemplo, les aplican fórmulas y no les quieren dejar entrar el salmón, o les ponen tarifas muy altas, sencillamente porque compiten con el salmón que producen en California los norteamericanos. Presionan a aquellos allá y entonces dicen que el salmón en Chile está subsidiado, y le elevan las tarifas y aplican cualquier tipo de medida. A veces son sanitarias, encuentran un racimo de uva que tiene un problema o algo, y dicen que hay una plaga tal y más cual, y suspenden las importaciones de uvas chilenas y otros productos.
En realidad, tienen que estar lidiando con un vecino fuerte, poderoso, prepotente, arrogante, acostumbrado a dar órdenes.
La idea que mencioné de la conferencia, por eso me llamó la atención, reflexioné un poco y tuve en cuenta el hecho real de que están allí frente a aquellos vecinos.
Periodista.- Comandante, la Canciller habló del tratado de libre comercio con países del área, latinoamericanos. ¿Cuba espera firmar un tratado de libre comercio con México? ¿Aspira a ello?
Fidel Castro.- De eso no dijo ni una sola palabra, al parecer por temor a Estados Unidos. Pero nosotros tenemos muchas consideraciones con México y mucho cuidado en las relaciones con ese hermano país. Se desarrollan, el comercio se desarrolla y hay otras cosas importantes. Tenemos determinados acuerdos sobre inversiones, sobre otras cosas, vamos haciendo, vamos avanzando. A mí me parece que no es un tema que nosotros debamos abordar en esta visita acuerdos de ese tipo, que puedan tener ahora una relativa importancia y, en cambio, ser motivo de mucha irritación por parte de Estados Unidos. No debemos plantear, o abordar temas, o solicitar medidas que, aunque muy legítimas, en las actuales circunstancias podrían ocasionar problemas, conflictos, o antagonismos entre Estados Unidos y México. Yo diría que sería un tema sensible.
Yo escuché uno por uno cada país que mencionó. Ellos mismos nos contaron lo que están haciendo. Pienso, realmente, que México debe desarrollar sus relaciones lo más posible con el resto del mundo: con Europa, con los países asiáticos, con el resto de América Latina; porque mientras más relaciones desarrolle con el resto del mundo, más posibilidades tiene de preservar una política independiente, puesto que ya en el terreno económico más del 80% de las exportaciones --no sé si será ya del 82% al 84%-- van hacia Estados Unidos.
Hay un hecho real: ellos plantean que el Tratado de Libre Comercio lo que hizo fue darle carácter jurídico a un hecho que se venía produciendo de facto. Por la circunstancia de estar allí tan próximos, existían ya unas relaciones económicas basadas en las exportaciones hacia Estados Unidos, que eran muy elevadas, eran alrededor de 70%, sin nada que las regulara. Consideran que el tratado regula una situación de facto que existía y les permite más posibilidades de defender sus intereses con el tratado que sin el tratado. Esa es la opinión que ellos tienen.
Claro, el tratado tiene sus problemas y consecuencias, ¿no? El tratado hay que analizarlo ahora y hay que analizarlo con relación al futuro porque pasan los años. Los yankis trazan a largo plazo sus estrategias y a medida que pasa el tiempo tendrán más posibilidades de penetrar en la economía mexicana, adueñarse de ramas importantes y de exportar sus mercancías a México. Están muchos problemas por discutir, entre ellos muchos acuerdos que se empiezan a aplicar dentro de 10 años, 15 años; pero llegará un día en que no habrá prácticamente ninguna traba en absoluto para ningún tipo de mercancía o de servicio, y, naturalmente, el socio es un socio muy fuerte, muy ambicioso, muy rico, y eso es un cierto riesgo, ¿no?
Entonces, a mí me parece ver en los mexicanos la estrategia de desarrollarse lo más posible y obtener el mayor número de inversiones posible de todas partes.
Se supone que el tratado --y yo pensaba-- podría atraer muchos capitales no solo de Estados Unidos, sino también de otros países, porque hay muchos empresarios que quieren penetrar en el mercado norteamericano, y si sus industrias están allí en México, entonces podían exportarse sus productos a Estados Unidos.
Como en México no solo han tenido lugar problemas de tipo económico, ha habido problemas políticos de distinta índole, es decir, una situación complicada también en lo político, y luego se produjo la crisis tremenda como consecuencia de la gran cantidad de capital a corto plazo invertido allí, las operaciones de especulación, a mi juicio, redujeron las posibilidades de mayores inversiones de otros países en México.
Uno hay cosas que no pregunta, ¿no? --porque nosotros no vamos a estar interrogando a los mexicanos sobre sus estrategias o sobre lo que estén pensando--, tiene que hacer sus deducciones, y a mí me parecía que iba a fluir mucho capital de otras regiones hacia México; no obstante, se han incrementado mucho las inversiones.
Me parecía deducir que los mexicanos estaban tratando de ganar tiempo, fortalecer su economía, fortalecer su industria, para estar en mejores condiciones de convivir y coexistir en la vecindad y en la sociedad con un monstruo económico, tecnológico, cultural, político y militar como es Estados Unidos. Es decir, es una lucha dura por defender su identidad y defender su soberanía en condiciones difíciles.
Pero hay que observar todos estos fenómenos todavía a más largo plazo, porque están marchando dos tendencias en el mundo: los acuerdos económicos regionales, o, digamos ya, para abreviar, acuerdos regionales y acuerdos multilaterales. Hay dos tendencias marchando paralelas. Yo pude apreciar eso en Ginebra, en la OMC.
Los yankis siempre más bien se inclinaban por la multilateral, incluso a Clinton lo acusan de haber abandonado la tradicional política de buscar acuerdos multilaterales, porque ellos quieren que todo sea mundial. Pero ahora, con su pragmatismo característico y sus enormes ambiciones, están como un pescador con dos anzuelos, o si quieren con dos palangres: están pescando en el anzuelo de los acuerdos regionales y en el anzuelo de los acuerdos multilaterales, buscando TLC por aquí y ALCA por allá en América Latina. No les gusta mucho mucho mucho, nada se puede decir, MERCOSUR, ni ALADI, ni formas de unión económica latinoamericanas. Ellos no quieren nada de eso; quieren discusiones uno por uno, con cada país de la región si es posible. No quieren unión, porque la unión da fuerza.
Si uno fuera a soñar, lo que habría deseado es que los latinoamericanos se hubieran unido primero y todos juntos entonces discutir con el poderoso vecino del Norte.
Desgraciadamente, los latinoamericanos han sido incapaces de vencer los obstáculos, de vencer las intrigas que ha utilizado el imperialismo para evitar que se unan.
Ahora mismo han inventado cosas, como una posible carrera armamentista en la región, la venta libre de armas sofisticadas, y eso da lugar a que si Argentina compra armas, los chilenos compran; si los chilenos compran, los peruanos compran; si los peruanos compran, los ecuatorianos compran, y si estos compran, los brasileños compran.
¿Por qué en este preciso momento ellos suprimen las restricciones de las ventas de armas sofisticadas? ¿Por qué proclaman a determinados países aliados estratégicos?, cosa muy rara, un truquito muy raro.
Entonces resulta que ahora el gobierno militar argentino es el aliado estratégico de Estados Unidos. Los militares argentinos desempeñaron un importante papel en Centroamérica: enviaron grupos especiales de inteligencia y de instrucción a trabajar con los contrarrevolucionarios para la guerra sucia en Nicaragua y para la represión del movimiento revolucionario en El Salvador.
De tal manera estaban entusiasmados los militares argentinos, que se animaron, creyendo que ya tenían un aliado estratégico, a invadir las Malvinas, en una operación mal preparada, cometiendo montones de errores de carácter militar. De eso se puede hablar mucho, pero sería largo, porque, incluso, estaban adquiriendo un armamento en Europa, los famosos misiles Exocet, que podían lanzarse desde 300 kilómetros, volaban indetectables pegados al mar, que en ese momento no tenían antídoto en los buques de guerra. Habían adquirido alrededor de 80 en Francia. Fíjate si se entusiasmaron que no esperaron ni a que llegaran los cohetes aquellos.
De los militares argentinos, los que actuaron con más audacia y valentía fueron los pilotos. Yo conocí, conversé con un grupo de ellos cuando estuve por allá por Bariloche; tuve que hacer escala en una base que fue la base de donde salían aquellos aviones que atacaron y que hundieron algunos barcos británicos. Mandaron soldados mal preparados, ni siquiera sabían manejar los cohetes, del lote adquirido solo habían recibido unos pocos. Si esperan seis o siete meses, los pilotos argentinos habrían podido hundir la escuadra de Su Majestad británica. Sí, lo digo, objetivamente.
He leído bastante sobre aquella guerra, conozco todos esos detalles y analizo los errores que se cometieron. Se entusiasmaron porque prestaban importantes servicios en Centroamérica; ahora los declaran aliados estratégicos. Eso no está muy claro, nada. Si hay una guerra en el golfo, envían un barco para el golfo. Está lejos, las Malvinas están más cerca, y no es que esté aconsejando enviarlo a las Malvinas, pero si no se puede enviar a las Malvinas no hay por qué enviarlo tan lejos para ver la guerra por la CNN.
En ese tipo de guerra con armas inteligentes, cohetes Crucero y bombarderos invisibles que escapan a los radares, la colaboración que pueden prestar es muy muy modesta.
Sí les gustaría a los yankis, por ejemplo, hacer una fuerza panamericana de intervención, para no mandar soldados si se presenta alguna situación.
Un alto funcionario norteamericano dijo hace algunas semanas que, por ejemplo, un incendio en el Amazonas, que podía afectar la atmósfera y con ello a Estados Unidos, justificaría una intervención militar en Brasil. ¡Caballeros!
Hablan también, se comenta, se discute, sobre posibles intervenciones en Colombia, con un pretexto o con otro.
Quisieran una fuerza panamericana de paz para que hiciera la guerra en esos lugares y no ellos, como la quieren también en Africa, a partir de la experiencia de Somalia, fuerzas intervencionistas.
Quisieran tenerlas también en América Latina, pero pienso que en la actualidad, a pesar del respeto que le tienen todavía muchos gobiernos latinoamericanos a Estados Unidos, a pesar de sus hábitos de subordinación y de acatamiento, hoy día el mundo es diferente, hay intereses diferentes y los pueblos tienen más conciencia. Sería difícil que Estados Unidos pudiera llevar a cabo la creación de un contingente de tropas panamericanas; pero les gustaría muchísimo. Sin embargo, no creo que ese anzuelito o anzuelote lo muerdan los latinoamericanos.
Pienso eso, pero es que se puede apreciar su estrategia: divide en lo económico, inventa todo, convierte todo en una manzana de la discordia, ventas de armas, categoría de aliados estratégicos, ante un potencial puesto en el Consejo de Seguridad, tratar de que surjan varios aspirantes para dividirlos con una táctica maquiavélica.
¿Quién fue el que dijo: "Divide y vencerás"? Creo que eso es de la época del Imperio Romano. La táctica de dividir y vencer. Fíjate qué vieja es, desde el imperio más grande que existió antes que este. No, después vino el inglés; pero el primer gran imperio ya tenía la consigna de dividir para vencer, como también en la política interior de algunos países su política es divide: divide y debilita, divide y destruye.
Una parte de su gran furor contra Cuba es que no han podido dividir ni destruir, a pesar de los esfuerzos enormes que han hecho.
Pero bien, hay todos estos factores, desde el punto de vista político, económico.
Por eso nosotros somos partidarios de la integración europea, sin ninguna discusión; a los yankis no les gusta mucho. Somos partidarios del euro; a los yankis no les gusta mucho el euro y sueñan. Dicen: "¡Ah!, muy bien, eso va a tener éxito", y lo que quieren, desean y sueñan es que fracase el euro para que el dólar siga siendo la única moneda de reserva en el mundo.
Al mundo le conviene la presencia de una moneda fuerte que pueda competir en cierto momento con el dólar, y si surgiera otra también; pero a ellos no les interesa eso.
Ya les digo que están pescando con dos anzuelos, y vuelvo a repetir esto, porque hay dos movimientos importantes en este momento: uno, a fin de que se supriman todas las barreras a nivel mundial, un TLC mundial, y tratar de utilizar la OMC para eso, con el inconveniente en la OMC de que hay muchos países del Tercer Mundo allí, es lo que yo planteaba en Ginebra: hay que unirse y que ingresen los chinos, que ingrese Rusia y los demás países de la antigua URSS. Que ingresen todos. Les ponen trabas y condiciones porque ellos están manejando eso; ellos manejan porque, bueno, se sabe que tienen poder suficiente para ello.
Imprimen la moneda del mundo, han convertido el papel en oro. Antes tenía un valor en oro, ahora no, desde que Nixon suprimió eso ya el dólar no es convertible en oro, pero el mundo no tiene otra moneda que esa. Ellos imprimen el papel y los otros lo guardan; ellos no ahorran y, sin embargo, son los que más invierten en el mundo con el dinero de los demás.
Ellos quisieran un proceso acelerado de acuerdos multilaterales que vayan hacia la supresión total de todas las trabas a las inversiones de sus transnacionales, a la inversión norteamericana, a las tecnologías y al comercio norteamericano.
Fíjate si es complicada la cuestión que muchos norteamericanos ni siquiera lo entienden. En definitiva, les conviene para sus intereses imperiales, pero les han creado trabas al gobierno.
En ese sentido, Clinton estaba siguiendo una estrategia inteligente para los intereses económicos del imperio, y Clinton se preocupa bastante por los intereses de las transnacionales, porque es de los que llama por teléfono a cualquier país, a cualquier gobierno cuando sus empresas están tratando de competir para obtener alguna concesión o algún negocio; tiene teléfonos para eso, trabaja muy de acuerdo con las empresas. Pero en el propio Estados Unidos y dentro de su partido tiene opositores, porque tienen determinados temores.
Algunos tienen vinculaciones con los sindicatos y tienen temores de que a alguna fábrica la saquen de allí y la lleven al otro lado de la frontera de México, porque los salarios allá son mucho más reducidos; o las lleven a Santo Domingo, donde hay 80 zonas francas; o las lleven a Centroamérica, donde el salario es la veintava parte o la treintava parte del salario de Estados Unidos, y algunos obreros tienen sus temores de que las empresas se lleven esas fábricas. Un determinado número de legisladores están asociados con esos sindicatos, y, entonces, en cierta forma, obstaculizan la política del imperio y le han negado el fast-track a Clinton, le dificultan sus planes, los planes voraces del imperio, en sus aspiraciones a tragarse y digerir la economía de América Latina; convertir a América Latina en una región de maquiladoras, sin que nadie sepa ni a dónde diablos va a ir a parar lo que produzcan, porque no hay mercados suficientes.
Otra cosa es la relación canadiense-norteamericana. Aquellos exportan energía, hasta agua exportan, porque se acaba el agua potable en Estados Unidos, electricidad de las hidroeléctricas y productos de alta tecnología.
En Canadá no hay nadie que produzca zapatos, ni pantalones de vaqueros para exportar a Estados Unidos. El intercambio de ellos es de 1 000 millones diarios, pero sus exportaciones son de otras cosas.
Los mexicanos exportan, sí, petróleo, gas, otras materias primas, muchos productos de las industrias maquiladoras, que elaboran artículos con bajo salario. Es un comercio diferente el que hay entre Canadá y Estados Unidos, dos países desarrollados, y el que hay entre México y otros países, Centroamérica y otros, con Estados Unidos.
Para concluir esta idea, quiero decir que al estar pescando el imperio con dos anzuelos, trabajando intensamente, ahora quieren acelerar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y han topado con obstáculos, porque eso puede durar años y ellos propusieron allí, en Suramérica, los representantes de Estados Unidos, que no haya que esperar todo el tiempo, y que en vez de un acuerdo al final, fueran haciendo acuerdos parciales. Un truquito para ir acordando primero aquellas cosas que les interesan más a ellos y dejando para el final las más complicadas, que son las que les interesan a los latinoamericanos. Si acceden a esas proposiciones—bueno, habría que ser idiotas--, el resultado sería que cuando vayan a discutir lo que les interesa a ellos, no tienen nada nada con qué discutir. Y, por lo menos, han tenido el sentido común de decirles que no.
Toda esta política está muy clara. Yo trato de explicarles a ustedes, hay una estrategia económica, política: debilitar, dividir, distintas vías, por todas las vías están atacando, defendiendo sus intereses económicos, los de sus transnacionales.
Ahora, como hay dos caminos, los dos van avanzando algo. Parece más lógico, tal vez sería más interesante para el Tercer Mundo, primero las uniones regionales, para disponer de suficiente fuerza con qué discutir, si no es la lucha de la hormiga contra el elefante.
Europa misma se ha tenido que unir, siendo un conjunto de países muy desarrollados, para poder lidiar y competir, para que no la saquen del juego; y, además, si se descuida, la sacan. Por lo pronto, allí están defendiendo mucho, por ejemplo, la cuestión de la industria de la recreación; no quieren entregar las cadenas de televisión y el cine a las empresas norteamericanas, quieren defender su cultura. Hay determinadas cosas que están luchando por defenderlas.
Tienen que unirse; si no se unen, viene Soros, ya lo hizo con sus monedas. Un día liquidó la peseta española, otro día el franco, otro día la lira, otro día la libra esterlina. Todo eso era europeo. Unirse no es resultado de un razonamiento filosófico, sino de una necesidad vital para lograr estabilidad e independencia económica.
Quiero que sepan que la unión significa una considerable renuncia, que ya se viene produciendo, de soberanía de los Estados nacionales europeos. Ahora, cuando empiece el euro, habrá un banco central europeo absolutamente independiente. Ya los gobiernos no podrán hacer operaciones con la moneda, políticas monetarias: subir los intereses para que no se produzca inflación; bajar los intereses, etcétera. Se acabaron esas prerrogativas, que son de las más importantes que tiene un país desarrollado, esas pasan a un banco.
También hay una ofensiva contra las fuerzas populares, con el neoliberalismo: liquida sindicato, liquida todo, para liquidar las conquistas que después de la Segunda Guerra Mundial, y ante la presencia del campo socialista y de la URSS y por temor al comunismo, concedieron en muchos de esos países a los trabajadores, más que en Estados Unidos. Ahora el neoliberalismo trata de liquidar esas conquistas.
No han podido resolver el problema del desempleo, tienen muchos problemas; pero se tiene que unir Europa para ser suficientemente fuerte.
Bueno, China no tiene que unirse, porque ella sola es una fuerza. Los del sudeste asiático tendrán que unirse, y a Rusia no le quedará más remedio que levantarse, si no sería una tragedia. Es una situación sumamente complicada. En el terreno económico, incluso, se ven los síntomas.
Ahora mismo se ha producido en aquel país una crisis muy fuerte, están haciendo un enorme esfuerzo, sin que nadie tenga respuesta. Depende de que el Fondo Monetario, incluso, le preste 10 000 ó 15 000 millones. Algunos dicen que no hace falta; otros han planteado que sí hacen falta urgentemente de 10 000 a 15 000 millones. Pero el Fondo Monetario ya no tiene fondos, se le acabaron casi en el sudeste asiático con lo que tuvo que emplear allá y en Corea del Sur. Le quedan entre 10 000 y 15 000 millones al Fondo Monetario de reserva. Y ahora los rusos están solicitando de 10 000 a 15 000; los del sudeste asiático, vino la recurva y necesitan más dinero; Japón necesita dinero para levantar el yen, otra maniobra astuta de los vecinos del Norte: compra yenes porque si el yen sigue cayendo puede acabar de derrumbar la economía del sudeste asiático. Y estamos viviendo una época de riesgos grandes, y tal vez el de una relativamente inminente crisis económica global. No quiere decir que sea la última o sea el fin del capitalismo, puede ser que haga falta más de una; pero hay riesgos y ellos están corriendo.
¿Armas que usan? Bueno, la mentira. Como el pánico es ingrediente de las crisis financieras en las bolsas, y las bolsas, a su vez, están en grave riesgo porque en Estados Unidos se han inflado hasta lo infinito, corren riesgo de crisis, el pánico de que todo el mundo empiece a vender acciones, baje drásticamente el valor de las mismas y se arruinen millones de personas de clase media de que habla Clinton, e incluso se produzca una crisis como la de 1929.
Ellos están inventando cosas para evitarlo, pero no hay invento todavía, no hay manera de cuadrar el círculo, y entonces ahora inventan todas estas cosas. El Fondo ya no puede, no le alcanza. Clinton ha pedido 18 000 millones para el FMI, y los de la derecha norteamericana dicen: "De eso nada", y se oponen a dar los 18 000 millones para fortalecer un poco el Fondo.
¿Qué ha hecho ahora cuando el yen iba para abajo y amenazaba con acabar de derrumbar las economías y crear un desastre que puede extenderse a América Latina? Porque hay algunos países donde se dan las condiciones, y algunos países muy importantes. Digamos, en Brasil se dan las condiciones para la acción de los especuladores, derivadas del hecho conocido de una moneda sobrevaluada, un gran déficit presupuestario y un importante déficit en la cuenta corriente, más los riesgos que se derivan en cuanto a las exportaciones del hecho de que, al abaratarse los productos del sudeste asiático con la crisis, se afecten sus exportaciones. Es decir que hay países vulnerables, muy vulnerables, y si esa crisis alcanza a un país como Brasil, arrastra inmediatamente a Argentina y a otros, y puede recurvar y llegar, incluso, a México. Esa es la situación real que hay.
Cuando el yen empezó a caer peligrosamente para la economía mundial vino el susto. Los yankis, que les ponen condiciones de todas clases a los japoneses, les dicen: "Abran puertas y ventanas", mientras estos sostuvieron siempre: "desarrollo sí, pero con ahorro de los japoneses", que son los que más ahorran en el mundo, "los bancos japoneses; las casas de seguros japonesas; las industrias japonesas", en esta ocasión han tenido que correr para frenar la caída del yen.
¿Lo han hecho por filantropía? No, sino por las consecuencias que podía tener esa caída más allá de ciertos límites. Han corrido y han invertido 8 000 millones, han levantado un poquito el yen, de 146 por dólar a 138. Pero nadie sabe, porque ellos están ante fenómenos incontrolables.
Ellos se defendían con la mentira, decían: "No, todo está bien, es una maravilla la economía. Estados Unidos no tiene ningún peligro, tiene menos desempleados que nunca, no hay inflación y hay superávit presupuestario, todo eso."
Es la táctica del Fondo Monetario Internacional y de la potencia dominante. Cada vez que hay una crisis en algún lugar que amenaza los intereses del sistema, enseguida sale Clinton y dice: "Todo está muy bien, las medidas que han tomado son geniales." Y sale el de la reserva federal: "No, no, las medidas que han tomado son maravillosas. La economía está muy bien, todo muy bien." Y sale el del Banco Mundial y dice: "Todo muy bien." El Presidente del Fondo a la cabeza de todos para evitar el pánico.
Ahora con la última crisis financiera rusa, los rusos inventaron no sé cuántas cosas para ver cómo recaudan, porque uno de los problemas que tienen los rusos es cobrar los impuestos. No hay manera de que esa gente que se hizo multimillonaria de la noche a la mañana, además de llevarse entre 200 000 y 300 000 millones de dólares hacia el exterior, paguen impuestos. Entonces, si no hay impuesto no se le puede pagar al maestro, ni al empleado, a nadie en absoluto.
¿El Fondo Monetario qué hace? Mientras han detenido la entrega de 670 millones congelados, de un crédito anterior que les habían concedido, que entregan por pedazos, le están pidiendo que privaticen el gas, el petróleo, lo que queda por ahí; le están poniendo condiciones, que cobren los impuestos. No se apuran, no. Cuando los otros están desesperados, es el momento para exigir, es la táctica. Por otro lado, elogian hasta el infinito las medidas propuestas por el nuevo gobierno, para crear confianza y ganar tiempo.
Ahora cuentan cosas que pasaban en el sudeste asiático que no las contaban antes, cuando decían del desarrollo de los países del sudeste asiático: "Estos son los modelos, este es el modelo para el mundo."
Cuando se produce el desastre, empiezan a contar todo lo que pasaba con los bancos: la política bancaria, la forma en que se distribuían los créditos, los privilegios, la corrupción, etcétera; pero de eso no decían ni una palabra. Han engañado al mundo, así que usan la mentira todo lo que pueden, y usan el Fondo Monetario en función de una política imperial y dominante. Esta vez corrieron, del propio dinero norteamericano, a comprar yenes; después tendrán que venderlos, y les ponen condiciones duras: "Cambien, abran las puertas de par en par a las inversiones norteamericanas, pónganse de rodillas", es lo que le dicen al gobierno japonés, y a los japoneses parece que les cuesta trabajo ponerse de rodillas, han resistido todo lo posible.
Yo decía que había dos caminos: los acuerdos regionales y los acuerdos multilaterales. Al final se encuentran en este proceso indetenible de globalización, las transnacionales ya son las que gobiernan realmente al mundo. No hay ni puede haber un programa, ni sentido común, sino el mercado que resuelve y resuelve, el mercado que decide todo.
El mercado --como yo expresaba el otro día--, es una bestia loca, suelta, feroz, creando caos por todas partes. Esa es la situación económica mundial.
Como habíamos empezado hablando de México, que ahora está en ese acuerdo, cuando el multilateralismo sea lo que impere, estará en las mismas condiciones que todos los demás. Es decir, ahora están en un régimen de asociación con el vecino del Norte, y después tendrán que estar en un régimen de asociación con el mundo.
La pregunta que hay que hacerse es qué va a pasar después, si ese mundo es sostenible desde el punto de vista económico, porque el mundo globalizado que se ve venir es un mundo que fue concebido hace más de 150 años.
Qué iba a ocurrir como consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas y de la técnica, de eso habló Marx hace 150 años, solo que ahora es que eso se ve con toda su fuerza.
Está creciendo, moviéndose de una manera incontenible, eso no tiene marcha atrás. Nadie lo puede detener. Estados Unidos, por supuesto, no quiere; pero si quisiera no puede, porque en su seno hay muchos gobiernos: una cosa hace un fiscal, otra cosa hace el Congreso, otra cosa hace el Presidente. Bueno, bastante caótica es la situación interna para tomar decisiones, no pueden llevar a cabo una estrategia coherente.
Clinton la tiene en lo económico, bastante clara, a favor de los intereses económicos de sus transnacionales; pero no puede ni siquiera aplicarla totalmente. Los poseedores de decenas de miles de millones no le preguntan a nadie dónde van a invertir, qué moneda van a comprar, qué movimiento especulativo van a llevar a cabo.
¿Ustedes saben quién toma las decisiones? Las computadoras. Les dieron una serie de parámetros, como a aquellas a las que enseñaron a jugar ajedrez, y les dijeron qué tenían que hacer frente a cada uno de los movimientos de las piezas contrarias, y entonces les dijeron: "Si el contrario mueve este peón, mueve este."
Son las computadoras ya, prácticamente, las que dan las órdenes a los agentes del capital financiero: "Vende esta moneda ahora mismo, rápido; compra esta otra. Vende la acción tal y más cual de tal país, compra esta otra. Mueve tantos millones para aquí, mueve tanto para allá." Ya el dinero no es ni de Estados Unidos, es de las transnacionales. Esa es la realidad. Son ellas las que deciden lo más esencial del mundo hoy, que es el movimiento de capital. ¿Las finanzas del mundo, en un mundo globalizado, quién las detiene? No pueden.
Hace rato que las transnacionales ya se internacionalizaron. Podemos decir en ese sentido que son internacionalistas las transnacionales (Risas), ya no tienen patria. Acuden al gobierno para que las defiendan nada más. Si hay algún problemita, algún conflicto: "Oiga, mire, me están quitando un pedazo", entonces el gobierno norteamericano empieza a tomar medidas. Las transnacionales andan sueltas por el mundo, son las que rigen. ¡Es caótico!
El medio ambiente, ¿qué les importa a las transnacionales el medio ambiente?
Hay cosas que se ven claras, y esto es muy importante para esta juventud, porque ellos sí van a vivir todo eso; van a vivir la globalización completa y las transnacionales sueltas por el mundo.
Entonces, ¿el medio ambiente qué? Entre otras cosas, un gravísimo problema es la situación con la naturaleza, realmente gravísimo, gravísimo. Bueno, ya no es Rubiera el que está hablando de eso, no es un teórico el que habla de eso (Risas), son los vecinos que de repente sufren un calor descomunal, o es un país en el que de repente llueve ochenta veces en 110 días de zafra, como en Matanzas, y no llueve cuando hay que sembrar la caña, un desastre; ciclones que no vienen del este y entonces vienen del oeste.
¿Qué fueron estos vientos que pasaron de 100 kilómetros y derribaron los plátanos? Ciclones del oeste y ya no uno, varios; no ha entrado el mar por ahí, pero el daño que ocasionan estos vientos a los platanales, a los frutales y otros cultivos es fuerte.
Hubo un ciclón en Moscú. ¿Ustedes se imaginan un ciclón en Moscú? Un huracán pasó de norte a sur, más de 1 000 heridos, no se sabe qué destrucciones, vientos de más de 100 kilómetros en Moscú; un calor de no sé cuantos grados, casi más que en La Habana. Entonces, el daño al medio ambiente es una realidad, no es una especulación de teóricos. El trabajo que tiene la futura generación en este siglo que viene entre otros es cómo salvar el medio ambiente.
Es un mundo caótico, ese mundo al que conduce la globalización capitalista no puede sobrevivir, no puede subsistir, trae la crisis inevitablemente. Por eso yo explicaba que ya los métodos del siglo pasado no eran precisamente los aconsejables, ni los de la primera mitad de este siglo, ni siquiera los de después del triunfo de la Revolución, porque había un momento de equilibrio mundial.
Revoluciones como en Cuba pudieron ocurrir en la América Latina, porque estaban todas las condiciones objetivas; lo que no estaban eran los factores subjetivos.
Pero hoy ya la cosa es de otro carácter, es mundial, es la fuerza del pueblo, la educación, la conciencia; las masas, con un creciente poder, son las que tendrán que resolver estos problemas.
Realmente, no es que hoy un país haga esto o lo otro. Triunfa una revolución, por ejemplo, en un país aislado en Centroamérica hoy, ¿qué le pasaría en este mundo que yo he estado describiendo, cuánto dura? ¿Cuánto dura cuando llegue el Banco Interamericano y le quite todos los créditos, y llegue el otro y le quite todos los créditos, y llegue el otro y le cierre los mercados? No tienen que disparar ni un tiro.
Casi sería aconsejable decir: "Tengan paciencia los revolucionarios."
Si ganan las elecciones --lo que dije en el encuentro con las mujeres, eso no se ha publicado todavía, porque quiero revisar bien ese material, pero no he tenido tiempo--, primero hay que estar haciendo un montón de concesiones para que no se asuste este o el otro, porque si no le dicen: "Este va a asustar al capital porque está diciendo cosas demasiado radicales." Tienen que moderar el lenguaje, hasta los programas. Cuando llegan al gobierno no es mucho lo que pueden hacer desde el gobierno, incluso un partido de izquierda; ya los otros tienen todos los medios de divulgación masiva en las manos, todos los recursos, el capital, las tecnologías, lo tienen todo.
Claro, no hay que desalentar a nadie de luchar; al contrario, hay que decirle a todo el mundo que luche dondequiera que esté: si es en una fábrica, en una fábrica; en un sindicato, donde sea; las mujeres, los estudiantes, los campesinos.
Hay, por ejemplo, movimientos muy interesantes, como el movimiento de los Sin Tierra en Brasil, algo nuevo, tierras desocupadas mientras esperan por las calendas griegas una reforma agraria y las ocupan. Hay también movimientos de los Sin Casa, donde hay montones de casas desocupadas, se mueven y penetran en las casas.
Surgen movimientos de masa que se están formando con tremenda fuerza, y yo creo que esos movimientos desempeñarán un papel fundamental en las luchas futuras.
Serán otras tácticas, ya no será la táctica al estilo bolchevique, ni siquiera al estilo nuestro, porque pertenecieron a un mundo diferente.
En este de ahora, que he estado tratando de definir, tienen que surgir nuevas tácticas, sin que ello signifique desanimar a nadie, en ninguna parte, y hacerlo de la forma que estime conveniente. Pero tratamos de ver y analizar con la mayor objetividad posible el cuadro actual y el desarrollo de la lucha, bajo el dominio unipolar de una superpotencia: Estados Unidos.
Serán otros caminos y otras vías por los cuales se irán creando las condiciones para que ese mundo global se transforme en otro mundo. Yo no concibo otra globalización que no sea la globalización socialista, no puede haber otra. Y también, lo entiendo perfectamente, el mundo marcha hacia formas de gobierno internacional, de gobierno mundial. Hay un cierto esquema. La ONU es el primer embrión; claro que ahora bastante limitada por Estados Unidos.
En la actualidad se está discutiendo la idea de un tribunal penal internacional. ¿Qué quieren los norteamericanos? Que esté bajo la égida del Consejo de Seguridad donde ellos imponen su política. ¿Qué quieren representantes de muchos gobiernos y cientos de organizaciones que están allí? Que sea verdaderamente independiente para que juzgue, y no que venga uno y ejerza el veto.
¿Que algunos están cometiendo crímenes de guerra? Estados Unidos veta el proceso si es un amigo o es un aliado. Es el país que más ha usado esa prerrogativa.
¿Y cuáles son los crímenes de guerra? Nosotros planteamos que el bloqueo económico debe estar entre los más importantes crímenes de guerra contra un pueblo. Sí, que haya un tribunal penal internacional, excelente; pero independiente y no bajo la égida del Consejo de Seguridad. Si quieren, bajo el control de la Asamblea General, sería lo admisible.
La Ministra mexicana dijo que su país luchaba por más atribuciones para la Asamblea General. Realmente la Asamblea General ha sido convertida en un cero a la izquierda, es casi un centro de opinión; una institución para formar opinión mundial y expresar criterios, uno solo de los que tienen derecho al veto puede anular cualquier acuerdo de ese órgano. Hay que luchar por los poderes de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Estados Unidos ha establecido la dictadura del Consejo de Seguridad, con derecho a vetar incluso cualquier acuerdo que tome el Consejo de Seguridad por mayoría. Puede haber 10 que estén de acuerdo con una cosa, pero no hay acuerdo si Estados Unidos dice que no; puede haber 9 y dice que no; puede haber 8 y dice que no; puede haber 14 y no hay acuerdo, porque lo vetan. Ellos vetan cualquier acuerdo, desde 8 hasta 14, porque con solo 7 no puede haber acuerdo; desde 8 hasta 14 a favor de algo lo pueden vetar y se acabó, eso está claro. Por su poder económico, presiones de todo tipo, controlan los mecanismos, controlan al Consejo de Seguridad. A la Asamblea no la pueden controlar, es más difícil.
Nosotros siempre estamos predicando también allí: ¡Unanse! A los países del Tercer Mundo: ¡Unanse! El imperialismo engaña, lleva a uno a determinada línea errónea, a este le provoca una aspiración, a otro le promete otra cosa, y trata de dividir a los países --lo que estaba explicando yo-- de América Latina.
El mundo necesitará un gobierno, el siglo XXI necesitará un gobierno. ¿Quién va a impedir que no acaben de destruir lo que queda de la naturaleza, de los mares o del aire? Si el mundo se globaliza y si todas las economías se entrelazan totalmente, ¿quiénes van a gobernar? Las transnacionales no pueden gobernar, ellas están en guerra unas contra otras, competencias, fusiones, de todo.
El mundo necesita un orden. Hace falta un orden mundial, global, justo, democrático. Hay uno que viene, que se ve venir a toda velocidad, indetenible, es el de la globalización neoliberal; hay que ir pensando en el otro, y, mientras tanto, denunciar y luchar.
Yo tengo mucha confianza en los pueblos y en las masas, y esa se ha fortalecido en mi experiencia en los viajes internacionales, en las Naciones Unidas, en las reuniones en Río de Janeiro, dondequiera. No se sabe la fuerza que tiene la verdad, y cuando tú llegas allí y la dices, entonces estás diciendo lo que la inmensa mayoría está pensando y no puede decir. Por eso digo que nos han dado a nosotros el privilegio ahora, casi exclusivo, de poder decirla.
Tenemos el monopolio de la libertad de decir la verdad. Otros muchos la saben, pero no pueden decirla.
Realmente, me siento muy libre cuando la digo. Además, no solo libre, no solo me dedico a decir verdades, sino que todo eso debe estar enmarcado en una estrategia. No hace falta solo la verdad, sino una estrategia. Decir lo que tienes que decir cuando tienes que decirlo, no adelantarte, no retrasarte, no dividir fuerzas, concentrar; saber cuál es el problema principal, unir a los más posibles en torno a ese objetivo, no abrir diez frentes a la vez, el mínimo de frentes, uno preferiblemente, y ya hay uno bien importante que da para concentrar muchas causas: el imperialismo, la potencia hegemónica y su política de dominio mundial. Bueno, es el que imparte órdenes o quiere decir a todo el mundo lo que tiene que hacer, y muchos lo hacen, algunos se rebelan, otros hacen resistencia. Es así.
Los problemas de México, relacionados con su asociación económica con Estados Unidos a través del TLC que les preocupaba a ustedes, son a mi juicio de carácter temporal, porque la propia evolución, el desarrollo de los acontecimientos, hará que los acuerdos de ese tipo se disuelvan en el multilateralismo y la interrelación económica entre los países será general. Cuba, que no está ubicada en el planeta Marte, tendrá que ser admitida en todas las instituciones internacionales, porque hasta el pueblo norteamericano hace cada vez más resistencia a todas las locuras del bloqueo contra nuestro país, cada vez se siente más avergonzado. Y en el mundo es unánime la condena al bloqueo.
No hay que impacientarse, nada de concesiones, ni en lo más mínimo. Este país no hará la más mínima concesión frente al bloqueo, no hará la más mínima concesión frente a las presiones. Haremos lo que le convenga al país, lo que le convenga a la Revolución, lo que convenga al pueblo, y bajo el mismo principio de la unidad y el consenso.
Tendremos que cumplir el deber de educar también a nuestro pueblo, porque estamos ante estas situaciones nuevas y es necesario que tanta gente que aprendió a leer y a escribir las comprendan. Por eso me he prolongado más de una vez en estos tiempos, porque lo que trato es de que nuestro pueblo aprenda y comprenda cada vez más.
Recuerdo los primeros años de la Revolución, en que había que convencer a mucha gente, y a veces convencíamos con leyes revolucionarias, pero también explicando, explicando y explicando.
Hay un número de personas que no entiende; en primer lugar, hay gente que ni lee periódicos, ni oye noticias, ni sabe nada, anda distraída por ahí. Por eso decía recientemente que hay adultos que necesitan también educación especial (Risas). Pero el número de los que entienden es alto, y si no entienden más es culpa nuestra, realmente. No hay que culpar a nadie más.
¿Tú querías hacer una preguntica? Bueno, ya que te tuve esperando, aunque sean tres palabras, porque tengo que hacer otras cosas. Iba a estar cinco minutos, y ustedes me han retenido mucho más.
Periodista.- Sobre la visita del Presidente de Colombia. ¿Quiere decir algo sobre su visita?
Fidel Castro.- Muy bien. Estamos encantados de recibir al Presidente de Colombia. Es el Presidente del Movimiento de los Países No Alineados. Es un gobierno que ha mantenido una posición amistosa con nosotros y, como tal, lo recibiremos con todos los honores y todas las consideraciones.
Viene con motivo de una reunión de ministros de salud pública del Movimiento de los No Alineados, es una reunión importante, y él quiere inaugurar esa reunión. Desde luego, él está invitado a visitarnos. Después que termine la reunión, hará una breve visita oficial al país.
Será muy interesante conversar con él, porque nos interesa mucho conocer diversos puntos de vista. Lo que ocurre en Colombia nos interesa mucho. Hay que aprender, y se aprende oyendo, no hablando. Hablando se puede ejercitar un poco la mente, pero escuchando se recoge información, ideas, puntos de vista y se aprende. Lo que uno escucha es la materia prima de lo que se puede elaborar después en el cerebro.
Nosotros hemos tenido muchas visitas muy interesantes en estos días: el Canciller de Italia; el Presidente de la Internacional Socialista, Mauroy, un hombre de gran experiencia, fue Primer Ministro de Francia. ¿Te imaginas lo que conoce ese visitante sobre Europa, el mundo y muchas cosas, qué se piensa, cuáles son los criterios sobre estos mismos temas que estamos hablando aquí, lo de Europa, la integración, el euro? ¿Cuál es su visión, sus puntos de vista que yo trato y necesito conocer?
Vino Ziuganov recientemente, un hombre muy inteligente, muy informado. Como representante de una fuerza política importante e influyente, es de gran interés conocer sus puntos de vista sobre la situación en Rusia, país que tanto nos interesa, y al que deseamos fervientemente pueda salir de la crisis y evite una desintegración. Sería terrible.
Hay males que nos amenazan, y a veces los males suceden rápido. Por ejemplo, en 30 días ocurrieron cuatro cosas: la recurva de la crisis económica en el sudeste asiático; la crisis política y social en Indonesia; 11 ensayos nucleares en el sur de Asia, con riesgos de ver surgir por primera vez las posibilidades de guerras nucleares regionales --ese peligro hasta ahora no se veía--; profunda y aguda crisis económica en Rusia. ¡Cuatro cosas en treinta días! No, no, y son problemas que surgen cuando otros muchos y graves no se han resuelto todavía.
Nos interesa mucho recoger la información, las opiniones. Ahora hemos tenido igualmente la visita del Ministro de Transporte de Francia. Es miembro del partido, es comunista, aliado en coalición con los socialistas.
El Ministro de industria español, que impartió hoy otra conferencia en el Aula Mgna, es, incuestionablemente, un hombre muy preparado, muy inteligente, da gusto hablar con él, conoce mucho, es muy serio.
Hemos tenido el privilegio de recibir a unas cuantas visitas, y en todas, naturalmente, aprendemos. De Cuba hablamos poco. Decimos: miren, Cuba es una islita pequeñita, que está en este hemisferio, no en otro planeta, y no hay solución para ningún país independientemente de lo que ocurra en el resto del mundo, no existe; pero se trabaja duro.
Nos alegramos mucho de la visita de Samper. Se ha portado bien con nuestro país, respetuoso, amistoso y será recibido con todos los honores, como dije. Creo que será útil para nosotros conocer sus opiniones.
Conocemos muchos puntos de vista de colombianos de diferentes criterios políticos. Nos visitan distintas personalidades, no vayan a creer que solo las que aparecen en los periódicos son las personas con las que nosotros hablamos. Empleo bastante tiempo conversando con muchas personas que no aparecen en la prensa. Yo salgo poco en los periódicos, y si salgo es por culpa de ustedes que me están siempre velando, cazando, obligando a hablar (Risas).
¿Qué hago conmigo mismo y los compromisos que tengo hoy?
Periodista.- Una pregunta breve, Comandante. Yo sé que es completamente fuera de lugar, pero es para preguntarle una opinión personal sobre un amigo común; un amigo que tenemos usted y yo en común: Silvio Rodríguez. ¿Qué piensa usted de Silvio?
Fidel Castro.- Creo que está muy mal hecha esa pregunta, porque eso no se pregunta. Tengo a Silvio por uno de nuestros más ilustres y más íntegros intelectuales y artistas. Soy amigo de él, lo aprecio extraordinariamente, y siento orgullo de que nuestro país tenga hombres como Silvio.
Periodista.- Muchas gracias (Aplausos y exclamaciones de: "¡Viva el Comandante en Jefe!" y de: "¡Viva la Revolución!")
Fidel Castro.- Bien, un recuento histórico, una explicación clara de la política mexicana, siempre basada en determinados principios de respeto al derecho, cumpliendo aquella norma de Juárez, de que el respeto al derecho ajeno era la paz, y explicó esos principios, con los cuales siempre ha sido consecuente México, porque no hay que olvidarse que México fue la primera revolución social de este siglo, incluso antes que la Revolución Rusa.
Ejerció una notable influencia en todo el hemisferio; ejerció influencia en Cuba. Todos los revolucionarios latinoamericanos veían a México como un patrimonio común, nosotros mismos lo vimos así. Cuando íbamos a buscar un lugar donde organizarnos, escogimos a México, era el único prácticamente.
Entonces, México, después del triunfo de la Revolución Cubana, dio un ejemplo único en el hemisferio: el único país que no rompió con Cuba, que mantuvo las relaciones firmemente frente a las presiones de Estados Unidos, que ha seguido en las Naciones Unidas una política internacional firme, consecuente.
No hay que olvidarse de que un importante acuerdo sobre los derechos y deberes económicos de los Estados, un sueño no de México sino del mundo y que fue aprobado por Naciones Unidas, aunque nunca cumplido, fue una iniciativa mexicana.
México se opuso al bloqueo, México ha tenido posiciones muy firmes con relación a Cuba frente a todas las presiones, lo mismo allá en la cumbre de Santiago que en la última reunión de la OEA.
Esta señora, la Canciller mexicana, tuvo palabras muy firmes, claras y categóricas en la reunión de la OEA, y han sido posiciones realmente amistosas.
Es un país que ha tenido que desenvolverse en condiciones geopolíticas, como suele decirse ahora, muy difíciles: un vecino del Norte, 3 000 kilómetros de frontera, un muro cien veces más grande que el de Berlín, y toda una serie de medidas que se han tomado contra ese país, agredido en el siglo pasado. Un país hermano de este hemisferio, al que Estados Unidos le arrebató más de la mitad de su territorio en una guerra injusta; es decir, un país que ha sufrido, que tiene un fuerte sentido patriótico, un país donde quisieron establecer un imperio, que no solo tuvo que luchar por su independencia; después porque pretendieron reconquistarlo desde Europa y tuvo que liberarse en heroica lucha.
Así que ha tenido que luchar muy duro por defender la independencia y valora mucho todo eso, valora mucho la soberanía y tiene que defenderla en condiciones complicadas.
Fíjate que ella recordó, ella dijo una frase que yo escuché con mucho interés: "Es la frontera Norte de América Latina."
Creo que me falta añadir de esto que ella fue muy cuidadosa, como ustedes habrán podido observar. Yo me puedo tomar un poco más la libertad de recordar estas cosas, pero ella fue muy cuidadosa y procuró evitar toda frase que pudiera ser de tipo confrontacionista con su vecino. Fue muy sosegada en sus pronunciamientos y cuidadosa en su explicación; pero ella tiene muchos méritos en su comportamiento y no habló de esos temas a los que me estoy refiriendo aquí, pero en la OEA habló con mucha energía en la protesta contra la exclusión de Cuba y en la defensa de Cuba.
Periodista.- Le preguntaba, Comandante, que si precisamente son esas condiciones, ese apego a la independencia, a la soberanía y a los principios internacionales, lo que hace que Cuba y México tengan tantas coincidencias en la arena internacional.
Fidel Castro.- Ella lo explicó cuando habló de la parte histórica, recordando que Cuba—aunque no era todavía independiente, pero donde existía ya un espíritu nacional—fue el lugar donde residió Juárez en tiempos difíciles para su país.
En aquella época muchos mexicanos vinieron a Cuba, muchos destacados mexicanos vinieron a Cuba, estuvieron exiliados en Cuba. Bueno, nos honra mucho que Juárez haya estado aquí, porque Juárez es una de las figuras más ilustres de la historia de México, y también nos vincula lo que ella recordó, la presencia de Martí, las actividades de Martí en México que tanto apreciamos los cubanos.
Han sido dos países que se han auxiliado, que han sido recíprocos, y no dije ahorita otra de las grandes pruebas del mérito y el amor a la independencia mexicana, que fue el país que reconoció a la República Española, que recibió después de la guerra a miles y miles de exiliados, que mantuvo las relaciones con la República Española cuando ya no existía aquella república; digamos, un ejemplo, un símbolo de lealtad a determinadas ideas y a determinados principios.
Para nosotros México tiene un valor especial, porque fue el único --fíjense bien--, el único país de los independientes del Río Grande del Sur hasta acá, el único país latinoamericano que mantuvo las relaciones con nuestro país, y estaba allí al lado, el más próximo al vecino del Norte. Nada más que hay dos países de América Latina que tenemos fronteras con Estados Unidos: México y Cuba.
Periodista.- Comandante, ¿qué piensa de las presiones que ejerce Estados Unidos sobre México en temas como el narcotráfico o en temas como Chiapas?
Fidel Castro.- O en temas como el lavado de dinero y en temas de todas clases. Son temas con los cuales se puede hacer una conferencia.
Son una prueba de la prepotencia creciente del imperio, de su injerencia en los asuntos internos de otros países, a pesar de que México—tengo mi teoría sobre eso—es un país que asusta a Estados Unidos, porque es un país relativamente grande, que posee recursos, sobre todo población numerosa, y ellos siempre han sentido mucho temor de cualquier explosión, crisis, problemas en México. No pueden olvidar la experiencia de lo que fue la Revolución Mexicana, un episodio de gran trascendencia histórica, que dio lugar, incluso, a intervenciones, a más de una intervención norteamericana.
México es el primer país que toma una medida como la nacionalización del petróleo, obra de la Revolución Mexicana, ejecutada por uno de sus más ilustres hombres, Lázaro Cárdenas. Eso fue motivo de muchos conflictos; pero ahí tienen el petróleo mexicano, que han defendido, además, tremendamente, frente a las intenciones, intereses y deseos de los vecinos del Norte de apoderarse también de esa rama de la economía mexicana.
Estados Unidos, como dije, ha intervenido varias veces en México a lo largo de los años de la Revolución, y también en el siglo pasado; es una vieja historia; y ahora acaba de llevar a cabo una acción muy sucia contra México, como ha sido esta llamada operación Casablanca, en la que durante tres años sus agentes llevaron a cabo una investigación ilegal en ese país, sin consultar con el gobierno, sin coordinar con sus autoridades.
Yo diría que es un acto de deslealtad tremenda que nos ha dolido mucho a todos, no solo a los mexicanos. Lo que hicieron parece cosa de gángsteres: enviar agentes, investigar, organizar una fiesta por allá por Las Vegas --creo que se llama Casagrande precisamente el lugar--; citaron allí para una gran fiesta a un número de funcionarios bancarios mexicanos, los arrestaron junto a varios venezolanos. Y no estoy juzgando las cuestiones relacionadas con las violaciones o las ilegalidades que puedan haber cometido estos, estoy refiriéndome a los procedimientos usados: realizar un trabajo durante tres años, y luego engañar a esa gente para capturarlos en Estados Unidos y armar un gran escándalo contra eso, con los frutos tan menguados que han obtenido; averiguando operaciones de lavado de dinero, si hubo operaciones de lavado de dinero por la exigua suma de 30, 40 ó 50 millones, cuando los que más dólares han lavado en este mundo son los bancos norteamericanos. Han lavado cientos de miles de millones de dólares, y casi todo el dinero de la droga lo han lavado los propios bancos norteamericanos.
Toda esa operación, toda esa ofensa solo para lograr simplemente descubrir lo ocurrido con unas decenas de millones de dólares y armar un gran escándalo con el cual desprestigiar a México, ofenderlo, humillarlo; también a Venezuela.
Leí un cable que decía que su esperanza era la información que pudieran dar los detenidos sobre otros muchos banqueros. Uno se asombra de que se puedan cometer actos de esa índole con un vecino tan cuidadoso, tan respetuoso como es México. Resulta algo realmente indignante y creo que eso ha indignado, con toda razón, a los mexicanos.
Ese tipo de tema ella no lo quiso abordar por las razones que yo decía, fue cuidadosa, dio una conferencia académica; pero ellos tienen su política firme y sus temas ellos lo saben bien.
Hay que tener en cuenta las condiciones difíciles y complejas en que tienen que luchar los mexicanos, y resisten todo lo que pueden las presiones que reciben, en una situación en que tienen que estar todos los días en un incesante contacto.
Vean cómo es la cosa que todos los días del año un millón de mexicanos cruzan la frontera y regresan; es decir, más de 350 millones de salidas y entradas de mexicanos. No estoy hablando de los pocos que van allá a trabajar con permiso legal, me refiero a los que normalmente cruzan porque viven en México y van a lugares cercanos a la frontera dentro del territorio de Estados Unidos, a realizar muchos trabajos que ya no hay norteamericanos que los realicen: si se necesita un jardín, es un mexicano el que está en el jardín; si hay que recoger tomates o algo, es un mexicano el que recoge tomates; si hay cualquier trabajo duro y de bajos salarios, el mexicano es el que lo hace. Pero, ¿qué ocurre? Que a pesar de eso los salarios del lado de allá de la frontera son más altos que los del lado acá, y muchos mexicanos que tienen la familia, la residencia, en territorio mexicano, cruzan y vuelven.
Otra de las cosas que constituye una presión tremenda es el muro gigantesco que han armado ahí; los mexicanos que mueren tratando de cruzar ese muro para ingreso permanente por razones económicas, debido a los movimientos migratorios de carácter mundial generados por la situación económica de los países del Tercer Mundo, de los países más pobres.
Entonces, es una guerra la que tiene Estados Unidos contra los inmigrantes. Han adoptado todas las medidas que dan lugar a que muera un elevado número de mexicanos. Yo no sé la cifra exacta de los que puedan haber muerto tratando de cruzar, pero tengo la impresión de que los que mueren ahora cada año cruzando ese muro son más que los que murieron en todo el tiempo que existió el muro de Berlín, porque por cruzar van por desiertos, van por lugares peligrosos.
Me han contado, incluso, que a veces tienen que cruzar las autopistas donde van a velocidades fantásticas los carros, a veces caminan por el medio, por los separadores de las autopistas, tratando de escapar; mueren por accidentes, relacionados con la persecución, o mueren de sed, o de asfixia, o por disparos de la policía. Es decir, tienen que sufrir todo eso.
Hay un espíritu antilatinoamericano, antinmigratorio dentro de Estados Unidos, creciente como en Europa, y eso es fruto del subdesarrollo, de la existencia de un mundo que se ha quedado subdesarrollado como consecuencia del saqueo y de la explotación.
Ahora estos países ricos están asustados y toman medidas cada vez más extremas; adoptan incluso posiciones de xenofobia racista, muy emparentadas con la política que ejercieron en su tiempo los fascistas.
El fenómeno ese de persecución a los emigrantes crece. Es decir, no son solo las presiones que tú mencionaste, sino que hay muchas otras formas en que presionan.
Los mexicanos tienen que luchar todos los días en la aplicación, incluso, del acuerdo, porque los otros inventan medidas no arancelarias; si encuentran una manchita en una fruta, dicen: "No, hay una plaga, no pueden venir esos productos." Traban, aplican medidas muy restrictivas con el transporte. Puede haber un camión con frutas, con aguacates, con vegetales, y entonces las dificultades para cruzar al lado de allá son tremendas; es costoso, obstaculizan --con diversos pretextos-- a los camiones transitar por territorio norteamericano, mientras los camiones norteamericanos transitan por todo México, que tiene muchas carreteras y ha ido construyendo cada vez más carreteras.
No tienen las mismas facilidades los camiones mexicanos para trasladar los productos de exportación, y entonces imagínense, los aguantan allí un montón de horas, colas interminables, mientras los revisan buscando drogas o inmigrantes, exigencias de todo tipo. De manera que obstruyen bastante las exportaciones con todas esas medidas.
Bueno, también lo hacen con otros países. Las medidas no arancelarias se pondrán de moda a medida que desaparezcan las tarifas arancelarias.
A los chilenos, por ejemplo, les aplican fórmulas y no les quieren dejar entrar el salmón, o les ponen tarifas muy altas, sencillamente porque compiten con el salmón que producen en California los norteamericanos. Presionan a aquellos allá y entonces dicen que el salmón en Chile está subsidiado, y le elevan las tarifas y aplican cualquier tipo de medida. A veces son sanitarias, encuentran un racimo de uva que tiene un problema o algo, y dicen que hay una plaga tal y más cual, y suspenden las importaciones de uvas chilenas y otros productos.
En realidad, tienen que estar lidiando con un vecino fuerte, poderoso, prepotente, arrogante, acostumbrado a dar órdenes.
La idea que mencioné de la conferencia, por eso me llamó la atención, reflexioné un poco y tuve en cuenta el hecho real de que están allí frente a aquellos vecinos.
Periodista.- Comandante, la Canciller habló del tratado de libre comercio con países del área, latinoamericanos. ¿Cuba espera firmar un tratado de libre comercio con México? ¿Aspira a ello?
Fidel Castro.- De eso no dijo ni una sola palabra, al parecer por temor a Estados Unidos. Pero nosotros tenemos muchas consideraciones con México y mucho cuidado en las relaciones con ese hermano país. Se desarrollan, el comercio se desarrolla y hay otras cosas importantes. Tenemos determinados acuerdos sobre inversiones, sobre otras cosas, vamos haciendo, vamos avanzando. A mí me parece que no es un tema que nosotros debamos abordar en esta visita acuerdos de ese tipo, que puedan tener ahora una relativa importancia y, en cambio, ser motivo de mucha irritación por parte de Estados Unidos. No debemos plantear, o abordar temas, o solicitar medidas que, aunque muy legítimas, en las actuales circunstancias podrían ocasionar problemas, conflictos, o antagonismos entre Estados Unidos y México. Yo diría que sería un tema sensible.
Yo escuché uno por uno cada país que mencionó. Ellos mismos nos contaron lo que están haciendo. Pienso, realmente, que México debe desarrollar sus relaciones lo más posible con el resto del mundo: con Europa, con los países asiáticos, con el resto de América Latina; porque mientras más relaciones desarrolle con el resto del mundo, más posibilidades tiene de preservar una política independiente, puesto que ya en el terreno económico más del 80% de las exportaciones --no sé si será ya del 82% al 84%-- van hacia Estados Unidos.
Hay un hecho real: ellos plantean que el Tratado de Libre Comercio lo que hizo fue darle carácter jurídico a un hecho que se venía produciendo de facto. Por la circunstancia de estar allí tan próximos, existían ya unas relaciones económicas basadas en las exportaciones hacia Estados Unidos, que eran muy elevadas, eran alrededor de 70%, sin nada que las regulara. Consideran que el tratado regula una situación de facto que existía y les permite más posibilidades de defender sus intereses con el tratado que sin el tratado. Esa es la opinión que ellos tienen.
Claro, el tratado tiene sus problemas y consecuencias, ¿no? El tratado hay que analizarlo ahora y hay que analizarlo con relación al futuro porque pasan los años. Los yankis trazan a largo plazo sus estrategias y a medida que pasa el tiempo tendrán más posibilidades de penetrar en la economía mexicana, adueñarse de ramas importantes y de exportar sus mercancías a México. Están muchos problemas por discutir, entre ellos muchos acuerdos que se empiezan a aplicar dentro de 10 años, 15 años; pero llegará un día en que no habrá prácticamente ninguna traba en absoluto para ningún tipo de mercancía o de servicio, y, naturalmente, el socio es un socio muy fuerte, muy ambicioso, muy rico, y eso es un cierto riesgo, ¿no?
Entonces, a mí me parece ver en los mexicanos la estrategia de desarrollarse lo más posible y obtener el mayor número de inversiones posible de todas partes.
Se supone que el tratado --y yo pensaba-- podría atraer muchos capitales no solo de Estados Unidos, sino también de otros países, porque hay muchos empresarios que quieren penetrar en el mercado norteamericano, y si sus industrias están allí en México, entonces podían exportarse sus productos a Estados Unidos.
Como en México no solo han tenido lugar problemas de tipo económico, ha habido problemas políticos de distinta índole, es decir, una situación complicada también en lo político, y luego se produjo la crisis tremenda como consecuencia de la gran cantidad de capital a corto plazo invertido allí, las operaciones de especulación, a mi juicio, redujeron las posibilidades de mayores inversiones de otros países en México.
Uno hay cosas que no pregunta, ¿no? --porque nosotros no vamos a estar interrogando a los mexicanos sobre sus estrategias o sobre lo que estén pensando--, tiene que hacer sus deducciones, y a mí me parecía que iba a fluir mucho capital de otras regiones hacia México; no obstante, se han incrementado mucho las inversiones.
Me parecía deducir que los mexicanos estaban tratando de ganar tiempo, fortalecer su economía, fortalecer su industria, para estar en mejores condiciones de convivir y coexistir en la vecindad y en la sociedad con un monstruo económico, tecnológico, cultural, político y militar como es Estados Unidos. Es decir, es una lucha dura por defender su identidad y defender su soberanía en condiciones difíciles.
Pero hay que observar todos estos fenómenos todavía a más largo plazo, porque están marchando dos tendencias en el mundo: los acuerdos económicos regionales, o, digamos ya, para abreviar, acuerdos regionales y acuerdos multilaterales. Hay dos tendencias marchando paralelas. Yo pude apreciar eso en Ginebra, en la OMC.
Los yankis siempre más bien se inclinaban por la multilateral, incluso a Clinton lo acusan de haber abandonado la tradicional política de buscar acuerdos multilaterales, porque ellos quieren que todo sea mundial. Pero ahora, con su pragmatismo característico y sus enormes ambiciones, están como un pescador con dos anzuelos, o si quieren con dos palangres: están pescando en el anzuelo de los acuerdos regionales y en el anzuelo de los acuerdos multilaterales, buscando TLC por aquí y ALCA por allá en América Latina. No les gusta mucho mucho mucho, nada se puede decir, MERCOSUR, ni ALADI, ni formas de unión económica latinoamericanas. Ellos no quieren nada de eso; quieren discusiones uno por uno, con cada país de la región si es posible. No quieren unión, porque la unión da fuerza.
Si uno fuera a soñar, lo que habría deseado es que los latinoamericanos se hubieran unido primero y todos juntos entonces discutir con el poderoso vecino del Norte.
Desgraciadamente, los latinoamericanos han sido incapaces de vencer los obstáculos, de vencer las intrigas que ha utilizado el imperialismo para evitar que se unan.
Ahora mismo han inventado cosas, como una posible carrera armamentista en la región, la venta libre de armas sofisticadas, y eso da lugar a que si Argentina compra armas, los chilenos compran; si los chilenos compran, los peruanos compran; si los peruanos compran, los ecuatorianos compran, y si estos compran, los brasileños compran.
¿Por qué en este preciso momento ellos suprimen las restricciones de las ventas de armas sofisticadas? ¿Por qué proclaman a determinados países aliados estratégicos?, cosa muy rara, un truquito muy raro.
Entonces resulta que ahora el gobierno militar argentino es el aliado estratégico de Estados Unidos. Los militares argentinos desempeñaron un importante papel en Centroamérica: enviaron grupos especiales de inteligencia y de instrucción a trabajar con los contrarrevolucionarios para la guerra sucia en Nicaragua y para la represión del movimiento revolucionario en El Salvador.
De tal manera estaban entusiasmados los militares argentinos, que se animaron, creyendo que ya tenían un aliado estratégico, a invadir las Malvinas, en una operación mal preparada, cometiendo montones de errores de carácter militar. De eso se puede hablar mucho, pero sería largo, porque, incluso, estaban adquiriendo un armamento en Europa, los famosos misiles Exocet, que podían lanzarse desde 300 kilómetros, volaban indetectables pegados al mar, que en ese momento no tenían antídoto en los buques de guerra. Habían adquirido alrededor de 80 en Francia. Fíjate si se entusiasmaron que no esperaron ni a que llegaran los cohetes aquellos.
De los militares argentinos, los que actuaron con más audacia y valentía fueron los pilotos. Yo conocí, conversé con un grupo de ellos cuando estuve por allá por Bariloche; tuve que hacer escala en una base que fue la base de donde salían aquellos aviones que atacaron y que hundieron algunos barcos británicos. Mandaron soldados mal preparados, ni siquiera sabían manejar los cohetes, del lote adquirido solo habían recibido unos pocos. Si esperan seis o siete meses, los pilotos argentinos habrían podido hundir la escuadra de Su Majestad británica. Sí, lo digo, objetivamente.
He leído bastante sobre aquella guerra, conozco todos esos detalles y analizo los errores que se cometieron. Se entusiasmaron porque prestaban importantes servicios en Centroamérica; ahora los declaran aliados estratégicos. Eso no está muy claro, nada. Si hay una guerra en el golfo, envían un barco para el golfo. Está lejos, las Malvinas están más cerca, y no es que esté aconsejando enviarlo a las Malvinas, pero si no se puede enviar a las Malvinas no hay por qué enviarlo tan lejos para ver la guerra por la CNN.
En ese tipo de guerra con armas inteligentes, cohetes Crucero y bombarderos invisibles que escapan a los radares, la colaboración que pueden prestar es muy muy modesta.
Sí les gustaría a los yankis, por ejemplo, hacer una fuerza panamericana de intervención, para no mandar soldados si se presenta alguna situación.
Un alto funcionario norteamericano dijo hace algunas semanas que, por ejemplo, un incendio en el Amazonas, que podía afectar la atmósfera y con ello a Estados Unidos, justificaría una intervención militar en Brasil. ¡Caballeros!
Hablan también, se comenta, se discute, sobre posibles intervenciones en Colombia, con un pretexto o con otro.
Quisieran una fuerza panamericana de paz para que hiciera la guerra en esos lugares y no ellos, como la quieren también en Africa, a partir de la experiencia de Somalia, fuerzas intervencionistas.
Quisieran tenerlas también en América Latina, pero pienso que en la actualidad, a pesar del respeto que le tienen todavía muchos gobiernos latinoamericanos a Estados Unidos, a pesar de sus hábitos de subordinación y de acatamiento, hoy día el mundo es diferente, hay intereses diferentes y los pueblos tienen más conciencia. Sería difícil que Estados Unidos pudiera llevar a cabo la creación de un contingente de tropas panamericanas; pero les gustaría muchísimo. Sin embargo, no creo que ese anzuelito o anzuelote lo muerdan los latinoamericanos.
Pienso eso, pero es que se puede apreciar su estrategia: divide en lo económico, inventa todo, convierte todo en una manzana de la discordia, ventas de armas, categoría de aliados estratégicos, ante un potencial puesto en el Consejo de Seguridad, tratar de que surjan varios aspirantes para dividirlos con una táctica maquiavélica.
¿Quién fue el que dijo: "Divide y vencerás"? Creo que eso es de la época del Imperio Romano. La táctica de dividir y vencer. Fíjate qué vieja es, desde el imperio más grande que existió antes que este. No, después vino el inglés; pero el primer gran imperio ya tenía la consigna de dividir para vencer, como también en la política interior de algunos países su política es divide: divide y debilita, divide y destruye.
Una parte de su gran furor contra Cuba es que no han podido dividir ni destruir, a pesar de los esfuerzos enormes que han hecho.
Pero bien, hay todos estos factores, desde el punto de vista político, económico.
Por eso nosotros somos partidarios de la integración europea, sin ninguna discusión; a los yankis no les gusta mucho. Somos partidarios del euro; a los yankis no les gusta mucho el euro y sueñan. Dicen: "¡Ah!, muy bien, eso va a tener éxito", y lo que quieren, desean y sueñan es que fracase el euro para que el dólar siga siendo la única moneda de reserva en el mundo.
Al mundo le conviene la presencia de una moneda fuerte que pueda competir en cierto momento con el dólar, y si surgiera otra también; pero a ellos no les interesa eso.
Ya les digo que están pescando con dos anzuelos, y vuelvo a repetir esto, porque hay dos movimientos importantes en este momento: uno, a fin de que se supriman todas las barreras a nivel mundial, un TLC mundial, y tratar de utilizar la OMC para eso, con el inconveniente en la OMC de que hay muchos países del Tercer Mundo allí, es lo que yo planteaba en Ginebra: hay que unirse y que ingresen los chinos, que ingrese Rusia y los demás países de la antigua URSS. Que ingresen todos. Les ponen trabas y condiciones porque ellos están manejando eso; ellos manejan porque, bueno, se sabe que tienen poder suficiente para ello.
Imprimen la moneda del mundo, han convertido el papel en oro. Antes tenía un valor en oro, ahora no, desde que Nixon suprimió eso ya el dólar no es convertible en oro, pero el mundo no tiene otra moneda que esa. Ellos imprimen el papel y los otros lo guardan; ellos no ahorran y, sin embargo, son los que más invierten en el mundo con el dinero de los demás.
Ellos quisieran un proceso acelerado de acuerdos multilaterales que vayan hacia la supresión total de todas las trabas a las inversiones de sus transnacionales, a la inversión norteamericana, a las tecnologías y al comercio norteamericano.
Fíjate si es complicada la cuestión que muchos norteamericanos ni siquiera lo entienden. En definitiva, les conviene para sus intereses imperiales, pero les han creado trabas al gobierno.
En ese sentido, Clinton estaba siguiendo una estrategia inteligente para los intereses económicos del imperio, y Clinton se preocupa bastante por los intereses de las transnacionales, porque es de los que llama por teléfono a cualquier país, a cualquier gobierno cuando sus empresas están tratando de competir para obtener alguna concesión o algún negocio; tiene teléfonos para eso, trabaja muy de acuerdo con las empresas. Pero en el propio Estados Unidos y dentro de su partido tiene opositores, porque tienen determinados temores.
Algunos tienen vinculaciones con los sindicatos y tienen temores de que a alguna fábrica la saquen de allí y la lleven al otro lado de la frontera de México, porque los salarios allá son mucho más reducidos; o las lleven a Santo Domingo, donde hay 80 zonas francas; o las lleven a Centroamérica, donde el salario es la veintava parte o la treintava parte del salario de Estados Unidos, y algunos obreros tienen sus temores de que las empresas se lleven esas fábricas. Un determinado número de legisladores están asociados con esos sindicatos, y, entonces, en cierta forma, obstaculizan la política del imperio y le han negado el fast-track a Clinton, le dificultan sus planes, los planes voraces del imperio, en sus aspiraciones a tragarse y digerir la economía de América Latina; convertir a América Latina en una región de maquiladoras, sin que nadie sepa ni a dónde diablos va a ir a parar lo que produzcan, porque no hay mercados suficientes.
Otra cosa es la relación canadiense-norteamericana. Aquellos exportan energía, hasta agua exportan, porque se acaba el agua potable en Estados Unidos, electricidad de las hidroeléctricas y productos de alta tecnología.
En Canadá no hay nadie que produzca zapatos, ni pantalones de vaqueros para exportar a Estados Unidos. El intercambio de ellos es de 1 000 millones diarios, pero sus exportaciones son de otras cosas.
Los mexicanos exportan, sí, petróleo, gas, otras materias primas, muchos productos de las industrias maquiladoras, que elaboran artículos con bajo salario. Es un comercio diferente el que hay entre Canadá y Estados Unidos, dos países desarrollados, y el que hay entre México y otros países, Centroamérica y otros, con Estados Unidos.
Para concluir esta idea, quiero decir que al estar pescando el imperio con dos anzuelos, trabajando intensamente, ahora quieren acelerar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y han topado con obstáculos, porque eso puede durar años y ellos propusieron allí, en Suramérica, los representantes de Estados Unidos, que no haya que esperar todo el tiempo, y que en vez de un acuerdo al final, fueran haciendo acuerdos parciales. Un truquito para ir acordando primero aquellas cosas que les interesan más a ellos y dejando para el final las más complicadas, que son las que les interesan a los latinoamericanos. Si acceden a esas proposiciones—bueno, habría que ser idiotas--, el resultado sería que cuando vayan a discutir lo que les interesa a ellos, no tienen nada nada con qué discutir. Y, por lo menos, han tenido el sentido común de decirles que no.
Toda esta política está muy clara. Yo trato de explicarles a ustedes, hay una estrategia económica, política: debilitar, dividir, distintas vías, por todas las vías están atacando, defendiendo sus intereses económicos, los de sus transnacionales.
Ahora, como hay dos caminos, los dos van avanzando algo. Parece más lógico, tal vez sería más interesante para el Tercer Mundo, primero las uniones regionales, para disponer de suficiente fuerza con qué discutir, si no es la lucha de la hormiga contra el elefante.
Europa misma se ha tenido que unir, siendo un conjunto de países muy desarrollados, para poder lidiar y competir, para que no la saquen del juego; y, además, si se descuida, la sacan. Por lo pronto, allí están defendiendo mucho, por ejemplo, la cuestión de la industria de la recreación; no quieren entregar las cadenas de televisión y el cine a las empresas norteamericanas, quieren defender su cultura. Hay determinadas cosas que están luchando por defenderlas.
Tienen que unirse; si no se unen, viene Soros, ya lo hizo con sus monedas. Un día liquidó la peseta española, otro día el franco, otro día la lira, otro día la libra esterlina. Todo eso era europeo. Unirse no es resultado de un razonamiento filosófico, sino de una necesidad vital para lograr estabilidad e independencia económica.
Quiero que sepan que la unión significa una considerable renuncia, que ya se viene produciendo, de soberanía de los Estados nacionales europeos. Ahora, cuando empiece el euro, habrá un banco central europeo absolutamente independiente. Ya los gobiernos no podrán hacer operaciones con la moneda, políticas monetarias: subir los intereses para que no se produzca inflación; bajar los intereses, etcétera. Se acabaron esas prerrogativas, que son de las más importantes que tiene un país desarrollado, esas pasan a un banco.
También hay una ofensiva contra las fuerzas populares, con el neoliberalismo: liquida sindicato, liquida todo, para liquidar las conquistas que después de la Segunda Guerra Mundial, y ante la presencia del campo socialista y de la URSS y por temor al comunismo, concedieron en muchos de esos países a los trabajadores, más que en Estados Unidos. Ahora el neoliberalismo trata de liquidar esas conquistas.
No han podido resolver el problema del desempleo, tienen muchos problemas; pero se tiene que unir Europa para ser suficientemente fuerte.
Bueno, China no tiene que unirse, porque ella sola es una fuerza. Los del sudeste asiático tendrán que unirse, y a Rusia no le quedará más remedio que levantarse, si no sería una tragedia. Es una situación sumamente complicada. En el terreno económico, incluso, se ven los síntomas.
Ahora mismo se ha producido en aquel país una crisis muy fuerte, están haciendo un enorme esfuerzo, sin que nadie tenga respuesta. Depende de que el Fondo Monetario, incluso, le preste 10 000 ó 15 000 millones. Algunos dicen que no hace falta; otros han planteado que sí hacen falta urgentemente de 10 000 a 15 000 millones. Pero el Fondo Monetario ya no tiene fondos, se le acabaron casi en el sudeste asiático con lo que tuvo que emplear allá y en Corea del Sur. Le quedan entre 10 000 y 15 000 millones al Fondo Monetario de reserva. Y ahora los rusos están solicitando de 10 000 a 15 000; los del sudeste asiático, vino la recurva y necesitan más dinero; Japón necesita dinero para levantar el yen, otra maniobra astuta de los vecinos del Norte: compra yenes porque si el yen sigue cayendo puede acabar de derrumbar la economía del sudeste asiático. Y estamos viviendo una época de riesgos grandes, y tal vez el de una relativamente inminente crisis económica global. No quiere decir que sea la última o sea el fin del capitalismo, puede ser que haga falta más de una; pero hay riesgos y ellos están corriendo.
¿Armas que usan? Bueno, la mentira. Como el pánico es ingrediente de las crisis financieras en las bolsas, y las bolsas, a su vez, están en grave riesgo porque en Estados Unidos se han inflado hasta lo infinito, corren riesgo de crisis, el pánico de que todo el mundo empiece a vender acciones, baje drásticamente el valor de las mismas y se arruinen millones de personas de clase media de que habla Clinton, e incluso se produzca una crisis como la de 1929.
Ellos están inventando cosas para evitarlo, pero no hay invento todavía, no hay manera de cuadrar el círculo, y entonces ahora inventan todas estas cosas. El Fondo ya no puede, no le alcanza. Clinton ha pedido 18 000 millones para el FMI, y los de la derecha norteamericana dicen: "De eso nada", y se oponen a dar los 18 000 millones para fortalecer un poco el Fondo.
¿Qué ha hecho ahora cuando el yen iba para abajo y amenazaba con acabar de derrumbar las economías y crear un desastre que puede extenderse a América Latina? Porque hay algunos países donde se dan las condiciones, y algunos países muy importantes. Digamos, en Brasil se dan las condiciones para la acción de los especuladores, derivadas del hecho conocido de una moneda sobrevaluada, un gran déficit presupuestario y un importante déficit en la cuenta corriente, más los riesgos que se derivan en cuanto a las exportaciones del hecho de que, al abaratarse los productos del sudeste asiático con la crisis, se afecten sus exportaciones. Es decir que hay países vulnerables, muy vulnerables, y si esa crisis alcanza a un país como Brasil, arrastra inmediatamente a Argentina y a otros, y puede recurvar y llegar, incluso, a México. Esa es la situación real que hay.
Cuando el yen empezó a caer peligrosamente para la economía mundial vino el susto. Los yankis, que les ponen condiciones de todas clases a los japoneses, les dicen: "Abran puertas y ventanas", mientras estos sostuvieron siempre: "desarrollo sí, pero con ahorro de los japoneses", que son los que más ahorran en el mundo, "los bancos japoneses; las casas de seguros japonesas; las industrias japonesas", en esta ocasión han tenido que correr para frenar la caída del yen.
¿Lo han hecho por filantropía? No, sino por las consecuencias que podía tener esa caída más allá de ciertos límites. Han corrido y han invertido 8 000 millones, han levantado un poquito el yen, de 146 por dólar a 138. Pero nadie sabe, porque ellos están ante fenómenos incontrolables.
Ellos se defendían con la mentira, decían: "No, todo está bien, es una maravilla la economía. Estados Unidos no tiene ningún peligro, tiene menos desempleados que nunca, no hay inflación y hay superávit presupuestario, todo eso."
Es la táctica del Fondo Monetario Internacional y de la potencia dominante. Cada vez que hay una crisis en algún lugar que amenaza los intereses del sistema, enseguida sale Clinton y dice: "Todo está muy bien, las medidas que han tomado son geniales." Y sale el de la reserva federal: "No, no, las medidas que han tomado son maravillosas. La economía está muy bien, todo muy bien." Y sale el del Banco Mundial y dice: "Todo muy bien." El Presidente del Fondo a la cabeza de todos para evitar el pánico.
Ahora con la última crisis financiera rusa, los rusos inventaron no sé cuántas cosas para ver cómo recaudan, porque uno de los problemas que tienen los rusos es cobrar los impuestos. No hay manera de que esa gente que se hizo multimillonaria de la noche a la mañana, además de llevarse entre 200 000 y 300 000 millones de dólares hacia el exterior, paguen impuestos. Entonces, si no hay impuesto no se le puede pagar al maestro, ni al empleado, a nadie en absoluto.
¿El Fondo Monetario qué hace? Mientras han detenido la entrega de 670 millones congelados, de un crédito anterior que les habían concedido, que entregan por pedazos, le están pidiendo que privaticen el gas, el petróleo, lo que queda por ahí; le están poniendo condiciones, que cobren los impuestos. No se apuran, no. Cuando los otros están desesperados, es el momento para exigir, es la táctica. Por otro lado, elogian hasta el infinito las medidas propuestas por el nuevo gobierno, para crear confianza y ganar tiempo.
Ahora cuentan cosas que pasaban en el sudeste asiático que no las contaban antes, cuando decían del desarrollo de los países del sudeste asiático: "Estos son los modelos, este es el modelo para el mundo."
Cuando se produce el desastre, empiezan a contar todo lo que pasaba con los bancos: la política bancaria, la forma en que se distribuían los créditos, los privilegios, la corrupción, etcétera; pero de eso no decían ni una palabra. Han engañado al mundo, así que usan la mentira todo lo que pueden, y usan el Fondo Monetario en función de una política imperial y dominante. Esta vez corrieron, del propio dinero norteamericano, a comprar yenes; después tendrán que venderlos, y les ponen condiciones duras: "Cambien, abran las puertas de par en par a las inversiones norteamericanas, pónganse de rodillas", es lo que le dicen al gobierno japonés, y a los japoneses parece que les cuesta trabajo ponerse de rodillas, han resistido todo lo posible.
Yo decía que había dos caminos: los acuerdos regionales y los acuerdos multilaterales. Al final se encuentran en este proceso indetenible de globalización, las transnacionales ya son las que gobiernan realmente al mundo. No hay ni puede haber un programa, ni sentido común, sino el mercado que resuelve y resuelve, el mercado que decide todo.
El mercado --como yo expresaba el otro día--, es una bestia loca, suelta, feroz, creando caos por todas partes. Esa es la situación económica mundial.
Como habíamos empezado hablando de México, que ahora está en ese acuerdo, cuando el multilateralismo sea lo que impere, estará en las mismas condiciones que todos los demás. Es decir, ahora están en un régimen de asociación con el vecino del Norte, y después tendrán que estar en un régimen de asociación con el mundo.
La pregunta que hay que hacerse es qué va a pasar después, si ese mundo es sostenible desde el punto de vista económico, porque el mundo globalizado que se ve venir es un mundo que fue concebido hace más de 150 años.
Qué iba a ocurrir como consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas y de la técnica, de eso habló Marx hace 150 años, solo que ahora es que eso se ve con toda su fuerza.
Está creciendo, moviéndose de una manera incontenible, eso no tiene marcha atrás. Nadie lo puede detener. Estados Unidos, por supuesto, no quiere; pero si quisiera no puede, porque en su seno hay muchos gobiernos: una cosa hace un fiscal, otra cosa hace el Congreso, otra cosa hace el Presidente. Bueno, bastante caótica es la situación interna para tomar decisiones, no pueden llevar a cabo una estrategia coherente.
Clinton la tiene en lo económico, bastante clara, a favor de los intereses económicos de sus transnacionales; pero no puede ni siquiera aplicarla totalmente. Los poseedores de decenas de miles de millones no le preguntan a nadie dónde van a invertir, qué moneda van a comprar, qué movimiento especulativo van a llevar a cabo.
¿Ustedes saben quién toma las decisiones? Las computadoras. Les dieron una serie de parámetros, como a aquellas a las que enseñaron a jugar ajedrez, y les dijeron qué tenían que hacer frente a cada uno de los movimientos de las piezas contrarias, y entonces les dijeron: "Si el contrario mueve este peón, mueve este."
Son las computadoras ya, prácticamente, las que dan las órdenes a los agentes del capital financiero: "Vende esta moneda ahora mismo, rápido; compra esta otra. Vende la acción tal y más cual de tal país, compra esta otra. Mueve tantos millones para aquí, mueve tanto para allá." Ya el dinero no es ni de Estados Unidos, es de las transnacionales. Esa es la realidad. Son ellas las que deciden lo más esencial del mundo hoy, que es el movimiento de capital. ¿Las finanzas del mundo, en un mundo globalizado, quién las detiene? No pueden.
Hace rato que las transnacionales ya se internacionalizaron. Podemos decir en ese sentido que son internacionalistas las transnacionales (Risas), ya no tienen patria. Acuden al gobierno para que las defiendan nada más. Si hay algún problemita, algún conflicto: "Oiga, mire, me están quitando un pedazo", entonces el gobierno norteamericano empieza a tomar medidas. Las transnacionales andan sueltas por el mundo, son las que rigen. ¡Es caótico!
El medio ambiente, ¿qué les importa a las transnacionales el medio ambiente?
Hay cosas que se ven claras, y esto es muy importante para esta juventud, porque ellos sí van a vivir todo eso; van a vivir la globalización completa y las transnacionales sueltas por el mundo.
Entonces, ¿el medio ambiente qué? Entre otras cosas, un gravísimo problema es la situación con la naturaleza, realmente gravísimo, gravísimo. Bueno, ya no es Rubiera el que está hablando de eso, no es un teórico el que habla de eso (Risas), son los vecinos que de repente sufren un calor descomunal, o es un país en el que de repente llueve ochenta veces en 110 días de zafra, como en Matanzas, y no llueve cuando hay que sembrar la caña, un desastre; ciclones que no vienen del este y entonces vienen del oeste.
¿Qué fueron estos vientos que pasaron de 100 kilómetros y derribaron los plátanos? Ciclones del oeste y ya no uno, varios; no ha entrado el mar por ahí, pero el daño que ocasionan estos vientos a los platanales, a los frutales y otros cultivos es fuerte.
Hubo un ciclón en Moscú. ¿Ustedes se imaginan un ciclón en Moscú? Un huracán pasó de norte a sur, más de 1 000 heridos, no se sabe qué destrucciones, vientos de más de 100 kilómetros en Moscú; un calor de no sé cuantos grados, casi más que en La Habana. Entonces, el daño al medio ambiente es una realidad, no es una especulación de teóricos. El trabajo que tiene la futura generación en este siglo que viene entre otros es cómo salvar el medio ambiente.
Es un mundo caótico, ese mundo al que conduce la globalización capitalista no puede sobrevivir, no puede subsistir, trae la crisis inevitablemente. Por eso yo explicaba que ya los métodos del siglo pasado no eran precisamente los aconsejables, ni los de la primera mitad de este siglo, ni siquiera los de después del triunfo de la Revolución, porque había un momento de equilibrio mundial.
Revoluciones como en Cuba pudieron ocurrir en la América Latina, porque estaban todas las condiciones objetivas; lo que no estaban eran los factores subjetivos.
Pero hoy ya la cosa es de otro carácter, es mundial, es la fuerza del pueblo, la educación, la conciencia; las masas, con un creciente poder, son las que tendrán que resolver estos problemas.
Realmente, no es que hoy un país haga esto o lo otro. Triunfa una revolución, por ejemplo, en un país aislado en Centroamérica hoy, ¿qué le pasaría en este mundo que yo he estado describiendo, cuánto dura? ¿Cuánto dura cuando llegue el Banco Interamericano y le quite todos los créditos, y llegue el otro y le quite todos los créditos, y llegue el otro y le cierre los mercados? No tienen que disparar ni un tiro.
Casi sería aconsejable decir: "Tengan paciencia los revolucionarios."
Si ganan las elecciones --lo que dije en el encuentro con las mujeres, eso no se ha publicado todavía, porque quiero revisar bien ese material, pero no he tenido tiempo--, primero hay que estar haciendo un montón de concesiones para que no se asuste este o el otro, porque si no le dicen: "Este va a asustar al capital porque está diciendo cosas demasiado radicales." Tienen que moderar el lenguaje, hasta los programas. Cuando llegan al gobierno no es mucho lo que pueden hacer desde el gobierno, incluso un partido de izquierda; ya los otros tienen todos los medios de divulgación masiva en las manos, todos los recursos, el capital, las tecnologías, lo tienen todo.
Claro, no hay que desalentar a nadie de luchar; al contrario, hay que decirle a todo el mundo que luche dondequiera que esté: si es en una fábrica, en una fábrica; en un sindicato, donde sea; las mujeres, los estudiantes, los campesinos.
Hay, por ejemplo, movimientos muy interesantes, como el movimiento de los Sin Tierra en Brasil, algo nuevo, tierras desocupadas mientras esperan por las calendas griegas una reforma agraria y las ocupan. Hay también movimientos de los Sin Casa, donde hay montones de casas desocupadas, se mueven y penetran en las casas.
Surgen movimientos de masa que se están formando con tremenda fuerza, y yo creo que esos movimientos desempeñarán un papel fundamental en las luchas futuras.
Serán otras tácticas, ya no será la táctica al estilo bolchevique, ni siquiera al estilo nuestro, porque pertenecieron a un mundo diferente.
En este de ahora, que he estado tratando de definir, tienen que surgir nuevas tácticas, sin que ello signifique desanimar a nadie, en ninguna parte, y hacerlo de la forma que estime conveniente. Pero tratamos de ver y analizar con la mayor objetividad posible el cuadro actual y el desarrollo de la lucha, bajo el dominio unipolar de una superpotencia: Estados Unidos.
Serán otros caminos y otras vías por los cuales se irán creando las condiciones para que ese mundo global se transforme en otro mundo. Yo no concibo otra globalización que no sea la globalización socialista, no puede haber otra. Y también, lo entiendo perfectamente, el mundo marcha hacia formas de gobierno internacional, de gobierno mundial. Hay un cierto esquema. La ONU es el primer embrión; claro que ahora bastante limitada por Estados Unidos.
En la actualidad se está discutiendo la idea de un tribunal penal internacional. ¿Qué quieren los norteamericanos? Que esté bajo la égida del Consejo de Seguridad donde ellos imponen su política. ¿Qué quieren representantes de muchos gobiernos y cientos de organizaciones que están allí? Que sea verdaderamente independiente para que juzgue, y no que venga uno y ejerza el veto.
¿Que algunos están cometiendo crímenes de guerra? Estados Unidos veta el proceso si es un amigo o es un aliado. Es el país que más ha usado esa prerrogativa.
¿Y cuáles son los crímenes de guerra? Nosotros planteamos que el bloqueo económico debe estar entre los más importantes crímenes de guerra contra un pueblo. Sí, que haya un tribunal penal internacional, excelente; pero independiente y no bajo la égida del Consejo de Seguridad. Si quieren, bajo el control de la Asamblea General, sería lo admisible.
La Ministra mexicana dijo que su país luchaba por más atribuciones para la Asamblea General. Realmente la Asamblea General ha sido convertida en un cero a la izquierda, es casi un centro de opinión; una institución para formar opinión mundial y expresar criterios, uno solo de los que tienen derecho al veto puede anular cualquier acuerdo de ese órgano. Hay que luchar por los poderes de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Estados Unidos ha establecido la dictadura del Consejo de Seguridad, con derecho a vetar incluso cualquier acuerdo que tome el Consejo de Seguridad por mayoría. Puede haber 10 que estén de acuerdo con una cosa, pero no hay acuerdo si Estados Unidos dice que no; puede haber 9 y dice que no; puede haber 8 y dice que no; puede haber 14 y no hay acuerdo, porque lo vetan. Ellos vetan cualquier acuerdo, desde 8 hasta 14, porque con solo 7 no puede haber acuerdo; desde 8 hasta 14 a favor de algo lo pueden vetar y se acabó, eso está claro. Por su poder económico, presiones de todo tipo, controlan los mecanismos, controlan al Consejo de Seguridad. A la Asamblea no la pueden controlar, es más difícil.
Nosotros siempre estamos predicando también allí: ¡Unanse! A los países del Tercer Mundo: ¡Unanse! El imperialismo engaña, lleva a uno a determinada línea errónea, a este le provoca una aspiración, a otro le promete otra cosa, y trata de dividir a los países --lo que estaba explicando yo-- de América Latina.
El mundo necesitará un gobierno, el siglo XXI necesitará un gobierno. ¿Quién va a impedir que no acaben de destruir lo que queda de la naturaleza, de los mares o del aire? Si el mundo se globaliza y si todas las economías se entrelazan totalmente, ¿quiénes van a gobernar? Las transnacionales no pueden gobernar, ellas están en guerra unas contra otras, competencias, fusiones, de todo.
El mundo necesita un orden. Hace falta un orden mundial, global, justo, democrático. Hay uno que viene, que se ve venir a toda velocidad, indetenible, es el de la globalización neoliberal; hay que ir pensando en el otro, y, mientras tanto, denunciar y luchar.
Yo tengo mucha confianza en los pueblos y en las masas, y esa se ha fortalecido en mi experiencia en los viajes internacionales, en las Naciones Unidas, en las reuniones en Río de Janeiro, dondequiera. No se sabe la fuerza que tiene la verdad, y cuando tú llegas allí y la dices, entonces estás diciendo lo que la inmensa mayoría está pensando y no puede decir. Por eso digo que nos han dado a nosotros el privilegio ahora, casi exclusivo, de poder decirla.
Tenemos el monopolio de la libertad de decir la verdad. Otros muchos la saben, pero no pueden decirla.
Realmente, me siento muy libre cuando la digo. Además, no solo libre, no solo me dedico a decir verdades, sino que todo eso debe estar enmarcado en una estrategia. No hace falta solo la verdad, sino una estrategia. Decir lo que tienes que decir cuando tienes que decirlo, no adelantarte, no retrasarte, no dividir fuerzas, concentrar; saber cuál es el problema principal, unir a los más posibles en torno a ese objetivo, no abrir diez frentes a la vez, el mínimo de frentes, uno preferiblemente, y ya hay uno bien importante que da para concentrar muchas causas: el imperialismo, la potencia hegemónica y su política de dominio mundial. Bueno, es el que imparte órdenes o quiere decir a todo el mundo lo que tiene que hacer, y muchos lo hacen, algunos se rebelan, otros hacen resistencia. Es así.
Los problemas de México, relacionados con su asociación económica con Estados Unidos a través del TLC que les preocupaba a ustedes, son a mi juicio de carácter temporal, porque la propia evolución, el desarrollo de los acontecimientos, hará que los acuerdos de ese tipo se disuelvan en el multilateralismo y la interrelación económica entre los países será general. Cuba, que no está ubicada en el planeta Marte, tendrá que ser admitida en todas las instituciones internacionales, porque hasta el pueblo norteamericano hace cada vez más resistencia a todas las locuras del bloqueo contra nuestro país, cada vez se siente más avergonzado. Y en el mundo es unánime la condena al bloqueo.
No hay que impacientarse, nada de concesiones, ni en lo más mínimo. Este país no hará la más mínima concesión frente al bloqueo, no hará la más mínima concesión frente a las presiones. Haremos lo que le convenga al país, lo que le convenga a la Revolución, lo que convenga al pueblo, y bajo el mismo principio de la unidad y el consenso.
Tendremos que cumplir el deber de educar también a nuestro pueblo, porque estamos ante estas situaciones nuevas y es necesario que tanta gente que aprendió a leer y a escribir las comprendan. Por eso me he prolongado más de una vez en estos tiempos, porque lo que trato es de que nuestro pueblo aprenda y comprenda cada vez más.
Recuerdo los primeros años de la Revolución, en que había que convencer a mucha gente, y a veces convencíamos con leyes revolucionarias, pero también explicando, explicando y explicando.
Hay un número de personas que no entiende; en primer lugar, hay gente que ni lee periódicos, ni oye noticias, ni sabe nada, anda distraída por ahí. Por eso decía recientemente que hay adultos que necesitan también educación especial (Risas). Pero el número de los que entienden es alto, y si no entienden más es culpa nuestra, realmente. No hay que culpar a nadie más.
¿Tú querías hacer una preguntica? Bueno, ya que te tuve esperando, aunque sean tres palabras, porque tengo que hacer otras cosas. Iba a estar cinco minutos, y ustedes me han retenido mucho más.
Periodista.- Sobre la visita del Presidente de Colombia. ¿Quiere decir algo sobre su visita?
Fidel Castro.- Muy bien. Estamos encantados de recibir al Presidente de Colombia. Es el Presidente del Movimiento de los Países No Alineados. Es un gobierno que ha mantenido una posición amistosa con nosotros y, como tal, lo recibiremos con todos los honores y todas las consideraciones.
Viene con motivo de una reunión de ministros de salud pública del Movimiento de los No Alineados, es una reunión importante, y él quiere inaugurar esa reunión. Desde luego, él está invitado a visitarnos. Después que termine la reunión, hará una breve visita oficial al país.
Será muy interesante conversar con él, porque nos interesa mucho conocer diversos puntos de vista. Lo que ocurre en Colombia nos interesa mucho. Hay que aprender, y se aprende oyendo, no hablando. Hablando se puede ejercitar un poco la mente, pero escuchando se recoge información, ideas, puntos de vista y se aprende. Lo que uno escucha es la materia prima de lo que se puede elaborar después en el cerebro.
Nosotros hemos tenido muchas visitas muy interesantes en estos días: el Canciller de Italia; el Presidente de la Internacional Socialista, Mauroy, un hombre de gran experiencia, fue Primer Ministro de Francia. ¿Te imaginas lo que conoce ese visitante sobre Europa, el mundo y muchas cosas, qué se piensa, cuáles son los criterios sobre estos mismos temas que estamos hablando aquí, lo de Europa, la integración, el euro? ¿Cuál es su visión, sus puntos de vista que yo trato y necesito conocer?
Vino Ziuganov recientemente, un hombre muy inteligente, muy informado. Como representante de una fuerza política importante e influyente, es de gran interés conocer sus puntos de vista sobre la situación en Rusia, país que tanto nos interesa, y al que deseamos fervientemente pueda salir de la crisis y evite una desintegración. Sería terrible.
Hay males que nos amenazan, y a veces los males suceden rápido. Por ejemplo, en 30 días ocurrieron cuatro cosas: la recurva de la crisis económica en el sudeste asiático; la crisis política y social en Indonesia; 11 ensayos nucleares en el sur de Asia, con riesgos de ver surgir por primera vez las posibilidades de guerras nucleares regionales --ese peligro hasta ahora no se veía--; profunda y aguda crisis económica en Rusia. ¡Cuatro cosas en treinta días! No, no, y son problemas que surgen cuando otros muchos y graves no se han resuelto todavía.
Nos interesa mucho recoger la información, las opiniones. Ahora hemos tenido igualmente la visita del Ministro de Transporte de Francia. Es miembro del partido, es comunista, aliado en coalición con los socialistas.
El Ministro de industria español, que impartió hoy otra conferencia en el Aula Mgna, es, incuestionablemente, un hombre muy preparado, muy inteligente, da gusto hablar con él, conoce mucho, es muy serio.
Hemos tenido el privilegio de recibir a unas cuantas visitas, y en todas, naturalmente, aprendemos. De Cuba hablamos poco. Decimos: miren, Cuba es una islita pequeñita, que está en este hemisferio, no en otro planeta, y no hay solución para ningún país independientemente de lo que ocurra en el resto del mundo, no existe; pero se trabaja duro.
Nos alegramos mucho de la visita de Samper. Se ha portado bien con nuestro país, respetuoso, amistoso y será recibido con todos los honores, como dije. Creo que será útil para nosotros conocer sus opiniones.
Conocemos muchos puntos de vista de colombianos de diferentes criterios políticos. Nos visitan distintas personalidades, no vayan a creer que solo las que aparecen en los periódicos son las personas con las que nosotros hablamos. Empleo bastante tiempo conversando con muchas personas que no aparecen en la prensa. Yo salgo poco en los periódicos, y si salgo es por culpa de ustedes que me están siempre velando, cazando, obligando a hablar (Risas).
¿Qué hago conmigo mismo y los compromisos que tengo hoy?
Periodista.- Una pregunta breve, Comandante. Yo sé que es completamente fuera de lugar, pero es para preguntarle una opinión personal sobre un amigo común; un amigo que tenemos usted y yo en común: Silvio Rodríguez. ¿Qué piensa usted de Silvio?
Fidel Castro.- Creo que está muy mal hecha esa pregunta, porque eso no se pregunta. Tengo a Silvio por uno de nuestros más ilustres y más íntegros intelectuales y artistas. Soy amigo de él, lo aprecio extraordinariamente, y siento orgullo de que nuestro país tenga hombres como Silvio.
Periodista.- Muchas gracias (Aplausos y exclamaciones de: "¡Viva el Comandante en Jefe!" y de: "¡Viva la Revolución!")
Lieu:
Aula Magna de la Universidad de la Habana
Date:
23/06/1998