Borodulin, Rigor

Una carta

De sus asuntos, camarada Castro,  
yo no lo vaya distraer.  
Pero recuerdo con frecuencia el rastro  
de un guerrillero de alto y robusto ver.  
Saludos de mi padre y los parientes  
de su destacamento nos traía.  
Y nuestra choza encorvada y crujiente  
era muy estrecha para la alegría.

Me permitía andar con el cerrojo.  
me acariciaba con la ruda mano.  
i Había oculto en sus cansados ojos  
cuánto cariño paternal y humano!  
Me cubría con su chaqueta armada del aroma del robledal  
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